jueves, 28 de julio de 2011
La penúltima derrota de Jack Kerouac: Satori en París
miércoles, 20 de julio de 2011
El mejor cuentista norteamericano actual es un noruego
Dice Ricardo Piglia en sus notas “Tesis sobre el cuento” (recogidas en Formas breves) que este tipo de narración “siempre cuenta dos historias” y pone como ejemplo a Chéjov, uno de los maestros del género. Eso sí, Piglia distingue entre cuentistas clásicos y modernos. Entre los clásicos se encuentran Poe o Quiroga. Para Piglia: “El cuento clásico narra en primer plano la historia 1 y construye en secreto la historia 2”. Sin embargo, el cuento moderno difiere en la construcción del final: “La versión moderna del cuento que viene de Chéjov, Catherine Mansfield, Sherwood Anderson, y del Joyce de Dublineses, abandona el final sorpresivo y la estructura cerrada; trabaja la tensión entre las dos historias sin resolverla nunca. La historia secreta se cuenta de un modo cada vez más elusivo”. Seguramente por ello, decía Chéjov en Consejos a un escritor: “¡No hay finales originales!”. Porque la clave está en centrarse en la construcción del relato. Lo importante, es saber elaborar la historia secreta por medio de las elipsis y las sugerencias, como ya se veía en la teoría del iceberg de Hemingway, que, según Piglia, “es la primera síntesis de ese proceso de transformación: lo más importante nunca se cuenta. La historia secreta se construye con lo no dicho, con el sobreentendido y la alusión”.
Son muchos los críticos que coinciden en señalar que los cuentistas norteamericanos son especialistas en la teoría del iceberg, donde lo importante solo asoma a la superficie. Desde Ernest Hemingway a Sam Shepard, pasando por J.D. Salinger, John Cheever, Richard Ford, Raymond Carver o Tobias Wolff. Piglia habla de Hemingway y su relato “El gran río de los dos corazones” como un ejemplo de maestría en el uso de la elipsis, logrando que la historia 2 sea tan sutil que apenas sea visible ante la predominancia descriptiva de la historia 1. Aunque la pericia del uso de la elipsis en la teoría del iceberg conlleva algunos riesgos, ya que a veces la historia 2 es apenas sugerida y el lector no es capaz de verla. Esa es la dificultad y al mismo tiempo el logro de esta técnica.
Uno de los escritores que mejor reflejan la tesis pigliana y la teoría del iceberg es Kjell Askildsen (1929), cuentista noruego, traducido al español y publicado por la editorial Lengua de Trapo, con títulos como Un vasto y desierto paisaje, Últimas notas de Thomas F. para la humanidad, Los perros de Tesalónica o Desde ahora te acompañaré a casa. El noruego hunde sus raíces en el absurdo, sobre todo en Kafka (¿cuántos son los escritores norteamericanos que han bebido del autor de El castillo?) y en la tradición del cuento moderno de la que hablaba Piglia. Sus relatos reflejan como pocos han sabido hacerlo, situaciones cotidianas de varios personajes que huyen de algo, descubren algo o simplemente intentan reconocerse en medio del vacío cotidiano; desde hombres y mujeres de mediana edad a adolescentes o viejos misántropos. Askildsen estampa de manera sintética la tensión existencial de los seres humanos, y en ocasiones, esa tensión provoca una historia secreta que es la que verdaderamente interesa y sobre la que se construye la historia 1. El cuento titulado “Car Lange” (dentro del libro Últimas notas de Thomas F. para la humanidad) es una fascinante narración donde la historia 2 queda apenas sugerida por las accidentadas peripecias de la historia 1. Carl Lange es sospechoso de una violación y asistimos a una serie de situaciones kafkianas y desesperadas, pero lo interesante es lo que no se cuenta, como la lucha interior que sufre el personaje, las dudas que tiene sobre sí mismo. ¿Acaso lo más importante del relato es si Carl Lange es inocente o culpable? Cuando el policía Osmundsen le dice que ya no es sospechoso de la violación, Carl siente un tremendo vacío. Y el relato tiene agujeros donde se vislumbran partes de un inmenso iceberg. Depende del lector tomarlo o dejarlo pasar, la historia 1 tiene suficientes alicientes para resultar atractiva, pero lo que insinúa la historia 2 es más profundo y a la vez turbador.
La tensión, las sugerencias, las elipsis. Estas son algunas de las piedras sobre las que se levantan los cuentos de Askildsen. Muchos lo han llamado el Carver europeo, pero yo más bien diría que Carver sería el Askildsen estadounidense (Askildsen publicó su primer libro de relatos en 1953, mucho antes de que Carver se iniciara en la escritura). Además, hay diferencias remarcables: Askildsen tiene más mala leche que el autor de Tres rosas amarillas. Y también más ironía. Lo demuestra el cuento (o nouvelle) “Úlltimas notas de Thomas F. para la humanidad”, que también podría ser una novela inacabada. Como si Dostoievski se hubiera bebido una botella de vodka mientras escribiera Apuntes del subsuelo y hubiera abandonado la escritura a medio camino.
Otro claro exponente de la teoría del iceberg es “Un repentino pensamiento liberador”, donde el interés de la historia 1 solapa el sentido de la historia 2 que está a punto de salir a la superficie, pero allí se queda asomando para que cualquiera de nosotros lo atrapemos como un oso polar atrapa un pez bajo el hielo. Es cierto que es un relato abierto, pero a mí me interesa el desarrollo del relato donde el tema del doble va ganando enteros, para al final destaparse la historia de cómo el protagonista ayudó a morir a su mujer y cómo aflora su sentimiento de culpa justo antes de morir.
Otro ejemplo brillante es el cuento “Crías de gaviota” (perteneciente a Desde ahora te acompañaré a casa) un oscuro y poético relato que bien podría haber filmado Antonioni o llevado al cómic Charles Burns. Una pareja llega a una islita en un velero y ante el entorno paradisíaco, deciden hacer una hoguera, que acaba convirtiéndose en un incendio, de manera que han de abandonar la isla repentinamente. Esta es la historia 1, pero la tensión concentrada en las escenas pequeñas y en los diálogos, junto a las elipsis, sugieren algo siniestro y a la vez poético. Todo el cuento está armado alrededor de la tensión. Continuamente hay momentos de tranquilidad o felicidad que son alterados por un factor externo. En un momento de cierto nerviosismo ante una maniobra en el mar, antes de llegar a la isla, Lilly y Paul hablan del miedo a naufragar y Lilly alude a la muerte:
<<-No tenemos muchas posibilidades si la barca vuelca –dijo ella.
-Una entre cien.
-Cuando tenía dieciséis años soñaba con morirme dentro de un gran bosque.
-Yo nunca he soñado con morir.
-Yo sí. Eran sueños bonitos. Nadie me había hecho daño, ni estaba enferma>>.
Este diálogo nos puede ayudar para comprender mejor el comportamiento de Lilly y el zigzagueante cariz que va adquiriendo la historia 1, proyectando aspectos de la historia 2. Más tarde, Lilly encuentra una cría de gaviota en medio de la playa y divisa varias gaviotas amenazándola desde las alturas. Lilly ve algo aterrador en ello y huye llorando, ante el consuelo de Paul. Después asistimos a varios cambios de parecer de Lilly, lo que denota una inestabilidad emocional importante. De nuevo, los agujeros quedan al descubierto. El relato muestra cómo la vida apacible puede resultar terrorífica, algo que recuerda al principio de Blue Velvet de David Lynch.
Recuerdo hace años, en dos cursos de narrativa, una idea que me transmitieron dos profesores distintos: “los mejores cuentistas son los norteamericanos”. Esos profesores también reconocían a los hispanoamericanos, desde Borges hasta Onetti, Rulfo o Cortázar, pero con aquella frase se referían a la facilidad con que muchos escritores norteamericanos logran transmitir sensaciones profundas con pocos recursos, dosificándose para concentrar la historia 2 por medio de las elipsis y las sugerencias. Pero yo ahora les diría si el mejor escritor de cuentos norteamericano actual no es un noruego.
jueves, 14 de julio de 2011
Henri Michaux: Paisajes
Paisajes
Paisajes apacibles o desolados.
Paisajes del camino de la vida más que de la superficie de la Tierra.
Paisajes del Tiempo que pasa lentamente, casi inmóvil, y a veces parece ir para atrás.
Paisajes de pedazos, de nervios desgarrados, de saudades.
Paisajes para cubrir las heridas, el acero, el resplandor, el mal, la época, la soga al cuello, la movilización.
Paisajes para abolir los gritos.
Paisajes como cuando uno se echa una sábana sobre la cabeza.
Paysages
Paysages paisibles ou désolés.
Paysages de la route de la vie plutôt que de la surface de la Terre.
Paysages du Temps qui coule lentement, presque immobile et parfois comme en arrière.
Paysages des lambeaux, des nerfs lacérés, des saudades.
Paysages pour couvrir les plaies, l’acier, l’éclat, le mal, l’époque, la corde au cou, la mobilisation.
Paysages pour abolir les cris.
Paysages comme on se tire un drap sur la tête.
(Henri Michaux, L'espace du dedans, París, Gallimard, 1966. Versión de C. H.).
lunes, 11 de julio de 2011
PJ Harvey: The Glorious Land
miércoles, 6 de julio de 2011
Movilización contra la Privatización de las Actividades Culturales de las Bibliotecas Municipales de Madrid
La gestión de los recursos públicos ha de ser pública.
Viernes 8 de julio a las 10:00 h frente al Área de Gobierno de Las Artes del
Ayuntamiento de Madrid (C/ Montalbán 1).
Si estás en contra de la privatización de las actividades culturales de las bibliotecas
municipales, únete en una protesta pacífica donde realizaremos cuentacuentos, club de
lectura, talleres literarios, etc
Las actividades culturales de la Red de Bibliotecas Municipales pasarán a privatizarse a partir del
curso 2011-12. Estas actividades (cuentacuentos, talleres de poesía, escritura creativa, clubs de
lectura, tertulias filosóficas, inglés, informática, cursos de cine, etc) eran gratuitas para los usuarios y
venían siendo gestionadas por el Ayuntamiento de Madrid, quien contrataban directamente al
profesorado (sin intermediarios ni subcontratas). Con la privatización de dichas actividades las
condiciones cambiarán drásticamente, tanto para profesores como para usuarios.
Por una cultura sostenible, plural, de acceso libre y no vinculada al estricto beneficio.
lunes, 4 de julio de 2011
Notas de David Lynch I
Cuando duermes, no controlas tu sueño. Me gusta sumergirme en un mundo onírico, pero fabricado por mí, un mundo que yo haya escogido y sobre el que tenga control.
*
Mis películas hablan todas de “mundos extraños” en los que no puedes entrar a menos de construirlos y filmarlos. Eso es lo que es tan importante para mí en el cine.
*
Las ideas son como peces.
Si quieres pescar pececitos, puedes permanecer en aguas poco profundas. Pero si quieres pescar un gran pez dorado, tienes que adentrarte en aguas más profundas.
(David Lynch, de Michel Chion, Ediciones Paidós, 2003 y Atrapa al pez dorado, David Lynch, Mondadori, 2008).