domingo, 22 de noviembre de 2020

La poesía según Abel Martín



La filosofía, vista desde la razón ingenua, es, como decía Hegel, el mundo al revés. La poesía, en cambio -añadía mi maestro Abel Martín- es el reverso de la filosofía, el mundo visto, al fin, del derecho [...] “Para ver del derecho hay que haber visto antes del revés”. O viceversa.

(Antonio Machado, Juan de Mairena, Alianza, 1986).

jueves, 12 de noviembre de 2020

Vernon Subutex





Vernon Subutex


Vernon es un hombre de casi cincuenta años que acaba de ser desahuciado. Fue dueño de la tienda de discos Revólver en París, bastión del rock y el espíritu noventero, que organizaba conciertos y encuentros con bandas, hasta que tuvo que cerrar con el cambio de siglo. Pero ahora, sin trabajo ni sitio en la sociedad, no tiene dónde ir.


Vernon Subutex podría tener una trama muy simple: un hombre de edad madura es desahuciado y pulula por la ciudad buscando cobijo en casas de amigos de su juventud, retrasando el momento de decidir qué hacer con su vida. Pero no solo es eso. Porque hay un retrato generacional y contiene un poso sociológico que nos hace pensar en la sociedad que vivimos. De manera que la serie muestra la deriva de un hombre que no encuentra su lugar en este mundo perverso y superficial, donde todo lo mueve el dinero. Pero tampoco es solo eso.


¿Qué puede hacer una persona de cierta edad que ha estado media vida trabajando en un campo específico que en la actualidad ya no tiene importancia? Algo así le sucede a Vernon. Sin otras cualificaciones profesionales (y tal vez sin otros intereses por su parte), el protagonista se ve inmerso en una deriva hacia un vacío inevitable. No solo su tienda está cerrada, sino que el modo de vida que tuvo y todo lo que ello encarna, choca con la época hiperconsumista de la actualidad, donde hasta las relaciones sociales han mutado en relaciones virtuales. Donde antes había reuniones y quedadas, ahora hay chats y amigos de Facebook. Donde antes había experiencias compartidas, ahora hay visitas a los perfiles y visionado de fotos. Vernon visita a sus viejos amigos para poder dormir en sus sofás y si se tercia, tener algo de sexo con sus amigas de juventud. Pero lo curioso, es que, aunque todos tienen trabajos y algunos son padres o madres, no parecen ser mucho más felices que él. 


De alguna manera, Vernon encarna la generación analógica a la que le ha costado adaptarse a la revolución digital. ¿Quién compra hoy en día CDs y vinilos comparado con hace veinte o treinta años? Ahora todos usamos Spotify o Apple Music. La misma idea de “álbum” está cambiando hacia la playlist. Esta evolución ha ido más allá, pues ha modificado el ocio y el consumo de cultura. En Madrid, hace ya quince años, cerró la tienda de CDs y vinilos Madrid Rock y dio paso a la especulación inmobiliaria. Donde antes había tiendas de música y cines en la Gran Vía madrileña, ahora hay cadenas de ropa y comida rápida. Sin embargo, Vernon también encarna a una generación que no es feliz, que está cansada, y a la que le cuesta encontrar su sitio en la sociedad. Hay cierta sensación de libertad impostada y de autoexplotación, donde la víctima es a la vez verdugo.


Según el filósofo Byung-Chul Han “la economía de la eficiencia y de la aceleración conducen a la desaparición”. En esta sociedad narcisita, como sostiene el coreano, no vemos al “otro”. Todo está al servicio del consumo. Ya no existe el “Eros”, ahora todo es “porno”. Ahora todo es "mera vida expuesta". Y Vernon no cabe en esa fórmula.


La miniserie está basada en la trilogía de ficción que lleva el mismo título escrito por Virginie Despentes, autora también del importante ensayo sobre feminismo y género Teoría King Kong. Sin embargo, conviene señalar que hay cambios importantes, pues la propia Despentes -que al principio comenzó a trabajar con la directora Cathy Vernay-, acabó abandonando la producción arguyendo desavenencias en la adaptación de su novela.


En el fondo, la serie tiene sus temas y subtemas (con sus tramas conectadas), dando cabida al thriller y el humor. Dentro del espectro sociológico y de la nómina (atractiva) de personajes secundarios, sobresale la figura del propio Vernon y la excelente actuación del actor Romain Duris.


Si además, añadimos a este cocktail explosivo una banda sonora potente (Janis Joplin, Sonic Youth, Suicide, Ramones, Mudhoney, Sleaford Mods, Jesus and Mary Chain, New Order, Moderat…) obtendremos una experiencia heterogénea y nostálgica de una época que se fue para no volver.



(Vernon Subutex, dirigida por Cathy Vernay. 1 temporada. 9 episodios. Ver en Filmin).






miércoles, 4 de noviembre de 2020

Anne Carson: La belleza del marido



VII PERO PARA HONRAR LA VERDAD QUE ES LLANA DIVINA Y VIVE ENTRE LOS DIOSES DEBEMOS (CON PLATÓN) INVITAR A BAILAR A LA MENTIRA QUE VIVE ALLÍ ABAJO ENTRE LA MASA DE LOS SERES HUMANOS TRÁGICOS Y TOSCOS


Todo mito es un laborioso dibujo repetido,

una proposición de doble filo,

que permite a quien lo use decir una cosa y querer decir otra, llevar una doble vida.

De ahí la noción que aparece muy pronto en el pensamiento antiguo de que todos los [poetas mienten.

Y de las verdaderas mentiras de la poesía

fue destilándose una pregunta.


¿Qué es lo que en realidad conecta las palabras con las cosas?


No mucho, decidió mi marido,

y siguió usando en lenguaje

como dice Homero que hacen los dioses.

Los dioses conocen todas las palabras humanas pero tienen para ellos sentidos totalmente diferentes

de los sentidos que tienen para nosotros.

Pulsan el interruptor a su antojo.


Mi marido mentía acerca de todo.


Dinero, reuniones, amantes,

el lugar de nacimiento de sus padres,

la tienda donde compraba las camisas, la ortografía de su apellido.

Mentía cuando no era necesario.

Mentía cuando ni siquiera era conveniente.

Mentía cuando sabía que sabían que estaba mintiendo.


Mentía cuando mentir rompía sus corazones.


Mi corazón. El corazón de ella. A veces me pregunto qué pasó con con ella.


La primera.


Hay algo filo nuevo y ardiente en la primera infidelidad conyugal.


Taxis para arriba y para abajo.


Lágrimas.


Grietas en la pared que recibe el golpe.


Luces encendidas hasta altas horas de la noche.


No puedo vivir sin ella.


Ella, la palabra que estalla.


Luces todavía encendidas de mañana.


(Anne Carson, La belleza del marido. Un ensayo narrativo en 29 tangos. Lumen, 2003. Traducción de Ana Becciu).


*



TANGO VII. BUT TO HONOR TRUTH WHICH IS SMOOTH DIVINE AND LIVES AMONG THE GODS WE MUST TRUST (WITH PLATO) DANCE LYING WHICH LIVES DOWN BELOW AMID THE MASS OF MEN BOTH TRAGIC AND ROUGH

All myth is an enriched pattern,

a two-faced proposition,

allowing its operator to say one thing and mean another, to lead a double life.

Hence the notion found early in ancient thought that all poets are liars.

And from the true lies of poetry

trickled out a question.


What really connects words and things?


Not much, decided my husband

and proceeded to use language

in the way that Homer says the gods do.

All human words are known to the gods but have for them entirely other meanings

alongside our meanings.

Gods flip the switch at will.


My husband lied about everything.


Money, meetings, mistresses,

the birthplace of his parents,

the store where he bought shirts, the spelling of his own name.

He lied when it was not necessary to lie.

He lied when it wasn’t even convenient.

He lied when he knew they knew he was lying.


He lied when it broke their hearts.


My heart. Her heart. I often wonder what happened to her.


The first one.


There is something pure-edged and burning about the first infidelity in a marriage.

Taxis back and forth.

Tears.

Cracks in the wall where it gets hit.

Lights on late at night.

I cannot live without here.

Her this word that explodes.

Lights still on in the morning.