jueves, 28 de enero de 2021

Mosaic: alienación y poesía



En el vasto mundo de los videojuegos no todos son grandes proyectos; de manera similar a otras industrias como el cine o la música, hay espacio para propuestas independientes que cuentan con presupuestos humildes, y por tanto, tienen menos expectativas -menos riesgos económicos-, lo que les permite desarrollar sus productos con mayor libertad creativa. Hay casos paradigmáticos: desde Limbo e Inside, de los daneses Playdead, hasta Journey, de Thatgamecompany o el reciente GRIS de los españoles Nomada Studio. Videojuegos que proponen lenguajes y enfoques alejados de los discursos predominantes e imponen sus propias reglas. De hecho, muchas veces, esos indies plasman una mirada crítica sobre la realidad y los mecanismos de una industria que a día de hoy es más importante que las del cine y la música juntas.

Mosaic, desarrollado por el estudio noruego Krillbite, es uno de esos juegos “pequeños” que ofrece una experiencia intensiva e indaga en narrativas experimentales a la vez que se preocupa por el apartado artístico. Mosaic posee una narración consistente que explora vericuetos desde la errabundia y los desvíos, a partir de una historia distópica con toques surrealistas que nos hace pensar en la alienación y la soledad. El protagonista es un ser anónimo que vive en una sociedad donde no hay comunicación; todo se reduce a producir y el móvil es una extensión más de nuestro cuerpo, pero también un instrumento perfecto para vigilar y castigar (¿el nuevo panóptico al que aludía Michel Foucault?). Sin embargo, los vagabundeos a los que el protagonista (y por tanto el jugador) se lanza, permiten explorar (¿revelar?) los mecanismos de control que el Capitalismo intenta disimular. Lo interesante es que en esa hostilidad capitalista, puede haber momento poéticos, aunque sean efímeros.


Uno de sus mayores atractivos es el apartado sensorial, desde lo visual, con su estilo low poly, hasta el musical, con incursiones electrónicas que se funden con un sonido envolvente, conformando una ambientación que atrapa. Por si fuera poco, Mosaic contiene una sorpresa, BlipBlop, un minijuego peculiar y adictivo que puedes descargar como app en el móvil o iPad. 


Con reminiscencias de grandes películas como Metropolis, Her o incluso la serie Black Mirror,  Mosaic es de esos juegos indies que se salen felizmente de lo común y nos hace pensar en nuestra sociedad para cuestionarnos el sentido de nuestra vida.


(Mosaic, Krillbite Studio, 2019. Apple Arcade, PC, Mac, Nintendo Switch, Xbox One, PS4).







viernes, 22 de enero de 2021

martes, 12 de enero de 2021

Paul Auster: El libro de las ilusiones



Hablar de un escritor del calibre de Paul Auster necesitaría más espacio, pero centrándonos en su última novela El libro de las ilusiones, hay que decir que ante todo, se lee con regocijo y fluidez, gracias a la elegancia con la que está escrita, y que además tiene la nada desdeñable magia de atrapar al lector a la vez que se le cuenta muchas cosas sin confundirlo, mostrándose ágil en la trama y situaciones y ducho en los sutiles juegos cervantescos. Es decir, se trata de una novela al más puro estilo Auster.

     Partiendo de una idea similar a la de otra importante novela suya, La música del azar, un profesor de literatura pierde a su mujer y sus dos hijos en un accidente de avión. Éste es el arranque para que David Zimmer emprenda su periplo, su particular odisea hacia la salvación o la muerte. A partir de este momento descubrirá a Hector Mann y le cambiará la vida; entre otras cosas se verá envuelto en una atractiva aventura llena de matices y cajas chinas.  

     El libro de las ilusiones alberga varias historias relacionadas, como ventanas pertenecientes a una misma casa. Es una novela de espejos (algo a lo que Auster nos tiene acostumbrados), tanto en los personajes principales (David-Hector, las memorias de Chateaubriand y la vida de David), como con los juegos de los nombres (Tad-Todd, Hector Mann-Herman Loesser) y el azar (que tal vez sólo sea eso, puro azar, pero también puede ser la proyección de las distintas vidas), además de contener otros aspectos típicamente austerianos, como el consiguiente misterio, con apariciones y desapariciones enigmáticas.

     Al mismo tiempo, es un canto a la creación, con ese buñuelesco personaje que es Hector Mann retirado en su rancho de Nuevo México (no son pocos los parangones que tiene con el genial cineasta español), un director-actor de comedias mudas que desaparece misteriosamente del cine y acaba viviendo retirado con su mujer, realizando experimentos cinematográficos con la mayor libertad del mundo. ¿Es en este sentido una crítica al sistema hollywoodense? Podría serlo, pero también es un homenaje a la libertad creativa del propio arte cinematográfico y al arte por el arte.

     También es una novela sobre el amor, o como se dice en una frase del libro: “una metáfora sobre el amor”; el amor como salvación y como redención, con todas sus consecuencias, pero con la esperanza en el amor como motor de vida.

     Y aún hay más, ya que lo que subyace debajo de toda la novela  es una reflexión sobre la vida y la muerte, sobre la fuerza e intensidad de la vida y la inevitabilidad de la muerte y la extinción.


(Reseña publicada originariamente en www.deriva.org en 2003).