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jueves, 26 de septiembre de 2024

Recital homenaje a la Beat Generation


El próximo sábado 28 de septiembre a las 12h, participaré en un recital homenaje a los poetas de la Generación Beat, junto a Isabel Castelao-Gómez, Antonio Rómar, Óscar Curieses y Cristina García Santos. Yo leeré algunos poemas de Diane di Prima. 

Lugar: La Imprenta, calle Monteleón 5, Madrid.
Contacto: Facebook / Instagram

 

jueves, 18 de julio de 2024

Diane Di Prima: "Algunas mentiras sobre la loba"

 


Algunas mentiras sobre la loba

 

que es eterna, que canta

que nació de una estrella, que recoge cristales

que puede ser confundida con Isis

que es la meta

que conoce su nombre, que nada

en el cielo púrpura, que sus dedos son pálidos y fuertes

 

que es negra, que es blanca

que uno siempre la reconoce

cuando aparece

que anda a zancadas sobre las almenas, que se escurre

como piedras en el mar

que puedes oír sus pasos, que sus pies enjoyados

caminan cualquier distancia

 

que no hay nada sobre ella

que no pueda ser dicho

que se deleita con las lápidas, cae

por escaleras de mármol

que es solo suelo, que no es suelo

que puedes recordar cuando os visteis por vez primera

que siempre está contigo

que puede ser vista sin gracia

 

que no hay nada que decir de ella

que no sea verdad


*


Some lies about the loba

that she is eternal, that she sings
that she is star-born, that she gathers crystal
that she can be confused with Isis
that she is the goal
that she knows her name, that she swims
in the purple sky, that her fingers are pale & strong

that she is black, that she is white
that you always know who she is
when she appears
that she strides on battlements, that she sifts
like stones in the sea
that you can hear her approach, that her jewelled feet
tread any particular measure

that there is anything about her
which cannot be said
that she relishes tombstones, falls
down marble stairs
that she is ground only, that she is not ground
that you can remember the first time you met
that she is always with you
that she can be seen without grace

that there is anything to say of her
which is not truth

 

(Diane Di Prima, Quita tu cuello degollado de mi cuchillo. Antología poética. Traducción de Annalisa Marí Pegrum, Torremozas, 2021).

lunes, 1 de abril de 2024

Michael McClure: El poema es un organismo

 


El último volumen de los Maximus Poems de Olson -como el inacabado y abierto Le Livre de Mallarmé- es, en parte, un poema sobre la arquitectura del poema mismo. En este sentido es como un organismo.

*

El organismo es una constelación (como una constelación de estrellas o moléculas) de resonancias entre él mismo y el medio ambiente exterior. El organismo es un parámetro físico de reflejos y contrareflejos al que llamaremos cuerpo y que veremos con claridad como una fisiología. Nosotros. Un rosal. Una ameba. Una manzana.

 

*

El verso proyectivo -como el actionopainting- procede de un cuerpo complejo. Olson vio una interacción de respiración y energía en la creación de la línea poética. La respiración, como la palabra, es parte del cuerpo.

*

No hay separación entre cuerpo y mente.


(Michael McClure, Arañando la superficie beat. Ensayos sobre una nueva visión de Blake a Kerouac. Traducción de Andrés Fisher y Benito del Pliego. Varasek, 2021).

 


lunes, 12 de febrero de 2024

Philip Lamantia: Selección de poemas I y II





Philip Lamantia (Selección de poemas I y II), Varasek, 2022. Selección y traducción de Vicenç Quera.

 

La editorial Varasek publica en dos tomos una selección de poemas del estadounidense Philip Lamantia (1927-2005), poeta relacionado con la Generación Beat y el Renacimiento de San Francisco. Lamantia ya aparecía en la primera antología beat traducida en España en 1970 por Marcos-Ricardo Barnatán (reeditada recientemente), junto a Jack Kerouac, Allen Ginsberg, Lawrence Ferlinguetti y Gregory Corso. Sin embargo, esta publicación es la primera traducción de su poesía de manera independiente. La edición se enriquece con el generoso prólogo firmado por Garret Caples, Andrew Joron y Nancy Joyce Peters que contextualiza la vida y obra del autor.

 

Philip Lamantia fue un poeta precoz y con tan solo 16 años ya llamó la atención de críticos como Kenneth Rexroth y publicó poemas en las importantes revistas Review y VVV. Conoció a André Breton en los años 40 y fue rápidamente aceptado por el francés, quien lo denominó “el primer poeta surrealista norteamericano”, etiqueta que ha perdurado en el tiempo. Lamantia, como muchos compañeros de los años 50 y 60, se rebeló con su poesía ante la sociedad de posguerra, anhelando una vida más justa y humana y abriendo nuevas formas de experimentación.

 

De hecho, Lamantia fue uno de los primeros en tematizar el consumo de drogas, e introdujo la práctica del peyote en el Área de San Francisco, tras sus viajes a México en los años 50. Entre sus temáticas, se encuentra su preocupación por los efectos de las drogas, o más bien, cómo a través de su consumo le llevaba a estados de conciencia alterados que le permitían indagar sobre la realidad más profunda, buscando incluso experiencias extracorpóreas. Por ello, suele relacionarse con la tradición de la poesía visionaria, heredera de William Blake.

 

También fue pionero en montar recitales poéticos con músicos de jazz, adelantándose al spoken word.Asimismo, participó en la famosa lectura de la Six Gallery de San Francisco en 1955, junto a Allen Ginsberg, Michael McClure, Lew Welch, Philip Whalen y Gary Snyder. A pesar de ello, no fue un autor tan conocido como otros compañeros de generación y mantuvo épocas sin aparecer públicamente, por lo que fue visto por muchos como un poeta independiente y en ocasiones, aislado, si bien su influencia en los beats y en el propio Ginsberg es importante.

 

Sus primeros poemas alternan imágenes surrealistas con una gran delicadeza: “Cuando salga el sol ella vivirá en un cielo / cubierto de sangre de gorrión / y envuelto en túnicas de perdida inocencia”. La poesía de Lamantia, -sobre todo en sus primeros poemarios-, experimenta con la plasticidad del lenguaje y su capacidad de sugerencia. Después, su poética va evolucionando hacia una mayor complejidad y barroquismo. Los textos de Tau revelan su interés por el esoterismo, así como una búsqueda del éxtasis. En esa línea visionaria sigue con su libro, titulado precisamente Ekstasis, donde el interés metafísico va creciendo, a la vez que integra la metapoesía: “¡góngora! ¡góngora! ¡Creo que eres el fin! / GÓNGORA, ¿eres el poeta más grande? Quiero decir / ¿eres el poeta de poeta del poeta del poeta de poeta del mayor poeta?” Otros poemarios como Narcótica (1959), plasman épocas de crisis personales relacionadas con las drogas.

 

Viajó y vivió en distintos países (incluido España), debido a su interés por conocer otras culturas e investigar tradiciones, llegando a convivir con los washoe de Nevada y los cora de México. Su obra fue derivando hacia una propuesta más personal, si bien siempre mantuvo un lenguaje arriesgado, heredero del surrealismo, como puede comprobarse en muchos de los poemas del segundo volumen, con textos comprendidos entre 1962 y 2001: “De mi sombrero de cardúmenes / Señoras mezcladas en un parque de focas / Fuego transvestido y guiño del agua / Una llama verde viola los tulipanes del jardín”. Algunos poemas pueden recordar al Lorca de Poeta en Nueva York, como el título “Nueva York poema vacío Nueva York”, mezclado, eso sí, con la propia propuesta dislocada de Lamantia: “nueva york la cabeza asfixiada de nueva york / nueva york una cremallera en el cráneo (…) hola. hola. ñac. jaco. ñac. ñac. / una columna de polvo de hoja de vidrio / un huso para el pelo alzado de las calles en / reconstrucción / sin construcción, en construcción”.

 

Eran muchas sus influencias, aderezadas a su vez por su interés por la mística y la religión, así como la alquimia y la egiptología. Sus poemas entran directamente en lo sensorial y parecen venir desde el profundo subconsciente, revelando una realidad alucinada: “El hombre es una ventana falsa / por la que su doble camina hacia la verdad”. Su poesía es imaginativa y libre, creando imágenes que desconciertan. Al tratarse de un poeta de herencia surrealista, el efecto de escritura automática perdura en sus textos con una extraña belleza: “Cuando es medianoche bajo el mar / con las heridas abiertas de los peces para que yo entre en ellas / acabad conmigo / acabad con mi dulce dolor / mis combativas estatuas”.

 

Como muchos compañeros de generación, Lamantia también se preocupó por el medio ambiente y la cultura indigenista, aglutinando referencias diversas e incluso personajes históricos integrándose a modo de collage, formando un todo, algo que se aprecia en su última etapa, en poemas como “El romántico” o “”Palabras que sueño”.

 

Lamantia fue un poeta que desarrolló una honda introspección interior a la vez que experimentó con el lenguaje y los estados de conciencia. Su poesía es inclasificable y estos dos libros nos descubren una de las voces más personajes de la poesía estadounidense de la segunda mitad del siglo XX.


(Reseña publicada originariamente en Vallejo & Co. el 6/6/23).

lunes, 27 de febrero de 2023

Un parque de atracciones de la mente, de Lawrence Ferlinghetti



Lawrence Ferlinghetti, del que pudimos disfrutar hace no mucho de una antología traducida también por Antonio Rómar, fue un poeta relevante del denominado Renacimiento de San Francisco a la par que de la Beat Generation, además de ser uno de los editores de poesía más importantes de EEUU con City Lights, que revolucionó el mundo de la edición con libros de bolsillo permitiendo que los lectores pudieran acceder a la poesía a precios reducidos en su colección The Pocket Poets Series, y dando cabida a autores como Allen Ginsberg, Gregory Corso o Diane Di Prima. También fue un librero determinante creando City Lights Bookstore en San Francisco, un espacio de intercambio contracultural que abarca varias décadas.

Ahora se publica, con una nueva traducción, un importante libro dentro de la trayectoria de Ferlinghetti (hubo una primera edición en la editorial Hiperión en 1981), así como de la poesía estadounidense de la segunda mitad de siglo XX, circunscrito a la Generación Beat. Publicado originariamente en 1958, A Coney Island of the Mind es un clásico moderno de las letras anglosajonas y seguramente el libro de mayor éxito de su autor.


El jugoso prólogo, firmado por Antonio Rómar, nos contextualiza una época muy concreta para comprender mejor el alcance anti-bélico del libro. Pese a ser un año, 1958, en el que aparentemente “no pasaba absolutamente nada”, tiene un trasfondo de Guerra Fría, en el que EEUU realizó una gran cantidad de pruebas nucleares y accidentalmente cayeron algunas en suelo norteamericano. Por cierto, ese mismo año, Gregory Corso publicaría en City Lights su famoso poema “Bomb”. Por tanto, muchos de los poemas son anti-bélicos, pero también anticapitalistas, por cuanto tienen de denuncia de los abusos y los excesos del poder y del consumismo creciente de la década del 50.

El libro se divide en tres apartados: la primera y más extensa, que da título al libro, es una mirada contemplativa del mundo y la belleza, donde los poemas se completan con la pericia del lector, teniendo en cuenta la intertextualidad y las referencias de otros autores. Se trata de poemas fragmentarios y líricos, con ecos surrealistas, donde hay cabida para pequeñas escenas cotidianas, casi a modo de postales. El poeta, de origen italiano, se fija en detalles que solo la poesía puede mostrar y aglutina múltiples conexiones, tanto con pintores (Goya, Morris Graves, Chagall, Picasso) como con poetas (Yeats, Whitman, Ezra Pound), mezclándose con elementos mitológicos o referencias de la Historia americana, reconstruyendo, como en un mosaico, la sociedad americana de posguerra. No es casualidad la referencia a Goya en el primer poema, donde ya hay una alusión a la “humanidad sufriente” debido a la violencia de las guerras. Porque a pesar de la distancia temporal con respecto al pintor aragonés, “solo el paisaje ha cambiado”.

La segunda sección, “Mensajes orales”, viene acompañada de una explicación donde el autor reconoce que los textos fueron escritos para ser “pronunciados” junto a músicos de jazz y destaca su intención de ser espontáneos. Hay poemas impresionantes, como “El Obliggato del Chatarrero” y, sobre todo, “Autobiografía”, una suerte de flujo rimbauldiano que evidencia la capacidad observadora y alucinada del poeta. Son textos con una importante carga crítica que hablan de una América perdida y carente de justicia: “El sistema se ha echado a perder. / Roma nunca se pareció a esto”. Sin embargo, y a pesar de varias imágenes desoladoras que dibujan un mundo deteriorado, hay una crítica constructiva. El poemario, y en especial los poemas que integran esta sección, son un ejemplo de la vertiente beat tan incisiva con el capitalismo, que se rebela desde el ritmo y las asociaciones libres, mostrando su descontento ante las autoridades estatales y dejándolas en evidencia. En este sentido Ferlinguetti es un poeta comprometido con el momento en que vive y tiende puentes con compañeros de generación: “He comido perritos en estadios. / He escuchado el discurso de Gettysburg / y el discurso de Ginsberg”.

La tercera parte, incluye una selección de poemas que ya habían aparecido en su primer libro, Retratos de un mundo perdido, en 1955. Encontramos bellos poemas como los titulados “4” o “5”, con alusiones a René Char o Joaquín Sorolla, textos muy líricos donde los versos serpertean en las páginas a la vez que las ideas brotan como peces en un estanque. Ferlinguetti es capaz de elaborar piezas sutiles y combinarlas con otras llenas de fuerza. A esto hay que añadirle el humor y la fina ironía, que, junto a la polifonía, dotan al libro de un carácter heterogéneo, como un collage típicamente genuino de mediados del siglo XX, dando cabida a la belleza y el amor, pero también a la violencia y la corrupción.


A lo largo del libro se tematizan distintas preocupaciones, si bien al final perdura una idea sobre esa dualidad que es la vida y la muerte, aunque hay un poso de esperanza (no se sabe si irónica o real) que late en muchos poemas: “El mundo es un lugar hermoso / donde nacer (…) / si no te importa esa pizca de infierno / de vez en cuando”. Parece que en Ferlinghetti persiste el afán vitalista y una búsqueda de una Ítaca perdida, y nos anima a seguir explorando la realidad.

Lo más llamativo es que después de casi 65 años, el libro sigue teniendo interés poético y político, y este es un buen momento para entrar en sus poemas comprometidos, que revelan los problemas asociados al mundo contemporáneo.

(Reseña aparecida originariamente en Culturamas el 3/01/23).

 

lunes, 16 de enero de 2023

Antología de la Beat Generation, de Marcos-Ricardo Barnatán



Antología de la Beat Generation, de Marcos-Ricardo Barnatán -selección y traducción- (Chamán Ediciones, 2021).

 

Publicada a finales de 2021, esta Antología de la Beat Generation de Marcos-Ricardo Barnatán es motivo de celebración por varias razones. Por un lado, es una reedición de un publicación de 1970 que fue la primera que dio a conocer a este grupo de poetas en España. Por otro, después de más de cincuenta años, el libro sigue teniendo interés. Pero vayamos por partes.

 

La edición, que respeta la original de 1970 por deseo expreso del antólogo y traductor, Marcos-Ricardo Barnatán, también es un salto al pasado y a un primer acercamiento a la poesía beat. Como bien señala en la esclarecedora nota “Al lector” del editor Pedro Gascón, un jovencísimo Barnatán  acababa de llegar a España desde Argentina, donde sí se habían dado a conocer traducciones de Allen Ginsberg o Gregory Corso. Por ello, la publicación en España de aquella primera edición supuso un hito importante que permitió a los lectores españoles acceder a la Beat Generation.

 

Decía en un lúcido texto el escritor vasco Bernardo Atxaga que en en 1956 era imposible publicar un libro como Aullidoen España, debido a la dictadura franquista y a las diferencias socioculturales entre la España de los años 50 y EEUU; de hecho, afirmaba que habría sido un ovni si así hubiera ocurrido. Sin embargo, en 1970 “el platillo volante pudo por fin aterrizar en España” gracias a la antología de Marcos-Ricardo Barnatán. Aun así, como muy bien argumenta Atxaga, el texto tuvo que pasar por cierta censura y se omitieron algunos párrafos. En todo caso, los lectores españoles de 1970 ya podían acercarse no solo a Ginsberg, sino también a otros poetas importantes de la generación, como Jack Kerouac, Gregory Corso, Lawrence Ferlinguetti y Philip Lamantia.

 

Es cierto que esta selección ahora podría parecer algo escasa, si tenemos en cuenta que en los últimos años se han ido dando a conocer a diferentes autores beat ampliando una nómina muy generosa y variada. No obstante, son cinco poetas de primer nivel y, por tanto, suponen una buena muestra para adentrarse en la Generación Beat. Además, con el paso de los años, esta antología se ha convertido por derecho propio en un clásico, prueba de ello, son las distintas reediciones que ha tenido y las escasas modificaciones o correcciones, lo que le otorga una valor significativo que la editorial Chamán ha sabido apreciar.

 

El traductor y editor Marcos-Ricardo Barnatán es también escritor, poeta y crítico de arte. Ya en 1967 obtuvo un accésit del premio Adonais de poesía con Los pasos perdidos. Como narrador, es autor de cuentos, compilados en Que alguien escriba su verdadero nombre y de novelas como El laberinto de Sión. También ha publicado numerosos ensayos y destaca su labor como divulgador de Borges con publicaciones como Borges: biografía total. 

 

Afirma el propio Barnatán en la introducción que “bajo el amparo del caos, nacía esta apetecida nueva estética, y un concepto de la belleza anárquica de incontables posibilidades”, algo que define bien la aparición de este grupo de escritores rompedores con su época y que a día de hoy siguen aportando un gran legado en poesía, literatura, cine, música y otras artes. También me parece importante destacar otra idea que apunta Barnatán: “el poeta se transformó en profeta, en espectador alucinado que deja en sus escritos un testimonio inaudito”.

 

Lo cierto es que leído el texto introductorio de Barnatán, llama la atención su mirada lúcida acerca de la generación Beat, ya que, después de cincuenta años, el grupo poético estadounidense sigue teniendo interés (se siguen publicano libros en España de otros poetas, como Diane Di Prima, Anne Waldman, Michael McClure, Lew Welch, Joanne Kyger, etc). También apunta el traductor que para que surgiera aquella generación de escritores en los años 50 “fue necesaria una tragedia, tan escalofriante como la Segunda Guerra Mundial, para que de entre sus mismas cenizas comenzara a nacer una concepción distinta del hombre y de la sociedad norteamericana”. La importancia de esta generación es tal, que, según el escritor hispanoargentino “solo puede ser comparado en su magnitud y fuerza al surrealismo, en lo que va de siglo”. 

 

El primer poeta antologado es Gregory Corso, autor de, entre otros libros, Gasolina o La vestal de de la calle Brattle. En esta selección puede apreciarse el carácter beatífico y marginal del poeta neoyorkino. Sus poemas evidencian a un poeta que busca entenderse en el mundo a través de las palabras: “Poesía es buscar la respuesta”, dice en uno de sus textos. Con este puñado de poemas es suficiente para apreciar la poesía viva, heredera de la espontaneidad del bebop que tanto destacaron los poetas beat.  “Vuelta al lugar natal” evidencia otra de sus características, la de un texto que también es una mirada nostálgica, no exenta de ternura, con un lenguaje natural. En “Pero yo no necesito la Bondad”, recuerda a un Rimbaud visionario e incisivo con la realidad. En Corso, late un halo de vida que fluye. Sin duda, un poeta al que hay que leer.

 

Le sigue Lawrence Ferlinguetti, poeta notorio del grupo Renacimiento de San Francisco y figura imprescindible de la Generación Beat. Como editor, publicó a muchos de ellos en la mítica editorial City Lights (que, además, saltó a la fama por el proceso judicial que hubo tras publicar Aullido en 1956 al ser catalogado de obsceno). También destaca como fundador de la librería City Lights, que durante décadas ha nutrido (y sigue nutriendo) a lectores indómitos en San Francisco y que ha albergado (y sigue albergando) decenas de lecturas poéticas (baste mirar en google y sorprenderá tal cantidad de material fotográfico y literario al respecto), como un refugio cultural independiente frente al mercantilismo actual. Los textos aquí seleccionados ya corroboran que se trata de un poeta fino, capaz de esbozar haikus perfectos, pero también creador de textos diversos que reflejan a un poeta comprometido con el momento en que vive. Destaca su homenaje a Allen Ginsberg en su largo poema “Él”, de quien dice que es “la voz de la cuarta persona del singular”.

 

El tercer poeta antologado es Allen Ginsberg, y es a quien más textos y páginas se le dedica (cierto es que los poemas que integran Aullido y Kaddish son muy extensos). Por ello, el lector podrá adentrarse en su poesía y hacerse una idea de su potencia, ya que la selección de textos es más que suficiente para entrar en el poeta estadounidense. Conviene destacar que, además, Kaddish, un libro impresionante, que es un largo poema fúnebre dedicado a la madre del poeta, no fue traducido y publicado íntegramente en España hasta 2014.

 

No es así en el caso de Kerouac, de quien apenas hay cuatro poemas de su Mexico City Blues. El lector actual echaría de menos poemas de otros libros que se han publicado a posteriori, como los jaikus, si bien este libro compuesto por 242 cantos jazzísticos (como decía el propio Kerouac) tiene una gran relevancia en la tradición estadounidense, y autores como Bob Dylan, Michael McClure o Gary Snyder lo han destacado. Puede apreciarse la influencia del budismo y el intento de escritura espontánea, tan importantes para el autor de En el camino. Destacan los momentos de dulzura infancia (“Coro 127”) o su visión de América en coro “146”.

 

En el caso de Philip Lamantia, tal vez el poeta menos conocido de la antología, a pesar de ser uno de los poetas que participó en la famosa lectura en la Sixth Gallery de San Francisco en 1955 junto a Ginsberg, McClure o Whalen. Llama la atención que tan solo haya dos poemas, pues son insuficientes para tener una mayor idea de su poesía, y al lado de las 50 páginas que ocupa Ginsberg la lectura se queda en anecdótica. Aun así, la nota explicativa aclara que se trata de un poeta que llegó a formar parte del grupo surrealista liderado por André Breton, además de ser uno de los poetas beat veteranos. La lectura de ambos textos, uno de ellos dedicado a Rimbaud, permiten sumergirse en su ritmo ondulante e imágenes inmersivas.

 

Por último, se adjunta una pequeña sorpresa, un “Apéndice”, una serie de escritos de Ginsberg, Kerouac y Ferlinguetti como esbozos de Poéticas que completan su mirada y revelan algunas curiosidades, como en el caso de Kerouac y su notas de “Credo y técnica de la prosa moderna [Extractos]”: “-Procura estar poseído por una ingenua santidad de espíritu…”.

 

Como dijo en su momento Gregory Corso, definiendo a la Generación Beat: “es espiritual, apasionada, sentimental, poética. La ‘Generación Beat’ es juventud, querella, desilusión de un sueño querido, testimonio de honor y de respeto”. Me parece un buen resumen no solo del movimiento, sino de esta antología. Por ello, este libro es una muy buena iniciación en esta generación que revolucionó la expresión cultural de la segunda mitad del siglo XX.


(Reseña publicada originariamente en Vallejo & Co el 26/07/22).

 

lunes, 18 de julio de 2022

Para ser estrella a medianoche, de Anne Waldman



Para ser estrella a medianoche, de Anne Waldman (Arrebato Libros, 2022. Traducción de Mariano Antolín Rato).

 

Se publica en España una antología de la poeta estadounidense Anne Waldman  en una edición bilingüe, traducida por el escritor y Premio Nacional de Traducción Mariano Antolín Rato. Nacida en Nueva Jersey en 1945, desde muy joven, se sintió atraída por la Beat Generation y acabó formando parte de ella.

 

Waldman es una poeta realmente prolija, con más de sesenta libros publicados, además de activista cultural y feminista, algo que podemos apreciar en sus poemas. También destaca su labor como performer y artista interdisciplinar, colaborando con músicos, realizadores de cine y videoartistas. Asimismo, es una importante divulgadora de la poesía beat, especialmente por ser la cofundadora, junto a Allen Ginsberg y Diane Di Prima de la Jack Kerouac School Disembodied Poetics en Naropa University de Colorado, fundada en 1974. Entre sus múltiples reconocimientos, destacan los premios American Book Awards o el Pen Center Award. Es una de las pocas autoras que quedan vivas de aquella generación que cambió el devenir de la poesía (y no solo de la poesía) del siglo XX. Con la publicación de Para ser estrella a medianoche se confirma el creciente interés (y necesidad) de editar en español a otros autores beat, más allá de la triada Ginsberg-Kerouac-Burroughs. Prueba de ello son las recientes publicaciones de, entre otros, Joanne Kyger, Diane Di Prima, Lew Welch, Michael McClure o Lawrence Ferlinguetti. Ahora le toca el turno a Anne Waldman, de quien ya se publicó un puñado de poemas en la imprescindible Beat Attitude. Antología de mujeres poetas de la generación beat editada y traducida por Annalisa Marí Pegrum en Bartleby en 2016. Pero aquella era una antología generacional y ahora podemos ahondar más en la autora.

 

Lo primero que llama la atención de Para ser estrella a medianoche, es su carácter permeable, abierto a otras referencias y registros. Los poemas de Waldman se construyen desde la intertextualidad, así como la hipertextualidad, pues, por un lado, son textos que aluden a otros, tanto de la propia Waldman como de diferentes autores con los que genera vínculos y crea un contexto. Por otra parte, son fragmentos de diversos registros que incluyen lo extrapoético y que se complementan entre sí. Además, pueden leerse de manera independiente, como cartas breves o textos de corte reflexivo y descriptivo que se intercalan entre los versos, creando varias capas. En esa amalgama de frases, versos y fragmentos heterogéneos, se pueden rescatar algunas frases que suenan como aforismos: “Era más fácil pensar en el fin del mundo que en el del Capital” o metáforas brillantes como “semen nuclear”. También acuña expresiones más filosóficas, como “El imperio contemporáneo tecno-porno-punk”o “base tanato-pornográfica” refiriéndose al momento actual.

 

En esa escritura híbrida a la vez que metadiscursiva, destacan las glosas o introducciones que hay antes de cada poema, realizadas especialmente para esta antología. Waldman plasma, a modo de introducción, unas palabras donde aclara por qué ha escrito cada poema, e incluso, revela cómo se germinó su escritura. A veces sorprende por la disparidad de influencias que confluyen con naturalidad en un mismo texto.

 

El libro se divide en 10 poemas largos que evidencian su potencia poética. La mayoría son textos de poemarios recientes que indagan en sus preocupaciones más presentes. En “Yo soy el guardián” rinde homenaje a Jack Kerouac: “Querido Jack Kerouac / que prefirió morir a ser famoso”. Es cierto que el autor de En el camino murió alcoholizado y envuelto en un halo de soledad, alejado de la fama que se granjeó en los años 50, pero su legado ha ido ganando adeptos (por cierto, este año se celebra su centenario). De él, dice que es “eterno guardián, protector del lenguaje”, una bella manera de reconocer su valor. Waldman se muestra siempre generosa y reconoce sus influencias. Por ejemplo, dice de John Cage que es el artista por excelencia del siglo XX. No obstante, también es capaz de desmitificar o cuestionar a algunos de sus maestros, aludiendo al “imperialismo y capitalismo cultural” de Antonin Artaud y Ezra Pound, o la “academización” del lenguaje poético desde el privilegio de figuras como Gertrude Stein y Charles Olson.

 

Waldman deja claro su preocupación por el poeta comprometido: “¿Adónde ir? ¿Qué es ser poeta ahoraPasaremos felizmente desapercibidos, en una zona temporalmente autónoma donde estaremos mirando la imagen completa…”. Prueba de ello es “Esta es la realidad antitética”, un “poema de protesta” sobre la situación más reciente de la pandemia, con su consiguiente colapso general. Sin embargo, desde ese lugar es donde ella escribe sus “aullidos”: “Estamos aquí para reavivar belleza y sabiduría / Intentamos que sea posible un arte / que transforme & renueve / Intentamos conseguir revivirlo ya”. Su implicación la lleva a viajar a la frontera mexicana para ser testigo de las penurias por las que pasan los niños: “Lo que está pasando en la frontera es insoportable”.

 

“Ceremonias en el mundo del Gong” es un poema vanguardista, con estructura de collage que aglutina registros distintos, mezclando verso y prosa, como estratos que se superponen para formar un mosaico. Otros, como “Luz bloquea coda” contiene partes aparentemente disconformes, que, como ella misma reconoce, forman un “montaje de fragmentos e interjecciones sobre acontecimientos actuales”, incluyendo cartas y poemas. Incluso, pueden rescatarse fragmentos de sus largos poemas a modo de haikus: “un lugar en sombra / cerca del álamo / ¿dónde está mi as oculto?”.

 

Otro de los elementos que vertebra su poesía es la influencia del budismo, algo común en muchos compañeros de generación que introdujeron prácticas orientales en sus poéticas como una liberación de la mente frente a los mecanismos de control del Capitalismo. Waldman, budista practicante, integra su filosofía con naturalidad en su discurso.

 

El posicionamiento feminista es otro de sus temas más candentes. En “Truco o muerte” rinde tributo a la poeta Joanne Kyger (perteneciente al movimiento Renacimiento de San Francisco, así como a la Generación Beat) a la vez que se rebela frente al patriarcado: “poeta-ladrona / clava la estaca para señalar tu camino”. En “Feminismo engañoso” reacciona frente a la LGBTQfobia y la misoginia institucional.

 

Al final, se evidencia cierta influencia y reconocimiento de sus compañeros John Giorno, Patti Smith, Allen Ginsberg, Diane Di Prima, Joanne Kyger o el compositor John Cage, si bien se abre a otros autores contemporáneos, como el filósofo español Paul B. Preciado, al que denomina “pionero”. E incluso, hay reconocimiento para Lorca, ya que cierra su largo poema “Luz bloquea coda” con unos versos enigmáticos del poeta granadino (en las fotografías que se adjuntan al principio del libro, vemos a Anne Waldman en una exposición de Lorca en la Residencia de Estudiantes de Madrid).

 

El libro está editado y traducido con esmero, y se nota. Desde la portada nacarada que juega con el plata y el morado, donde se intuye el rostro de la autora, hasta las distintas tipografías y fotografías que redondean una maquetación muy cuidada.

 

Finalmente, la lectura de estos poemas supone una mirada hacia el exterior, pero también desde el exterior, pues refleja distintas problemáticas contemporáneas (género, racismo, refugiados…) que se desbordan por sí mismas. Por eso su poesía habita en el espacio público, denunciando las injusticias. La poeta estadounidense se compromete también con el lenguaje, desprejuiciándolo de su anquilosamiento institucional. Además, esta antología evidencia muchas de las temáticas o preocupaciones de la Generación Beat, como el budismo, la deshumanización del Capitalismo, la espontaneidad o la intertextualidad.


(Reseña publicada originariamente en Vallejo & Co en junio de 2022).

 

 

 

domingo, 5 de junio de 2022

Elise Cowen: “Fácil amar”



Fácil amar

a los POETAS

Su

ESPLENDOR

Derramándose sobre todas las páginas

Extorsionando arco iris diminutos


Fácil amar

a los POETAS


Su


ESPLENDOR

Derramándose sobre todas las páginas

vertiéndose

Sobre mi regazo.


*


Easy to Love

the POETS

Their

SPLENDOUR

Falling all over the pages

Extorting atomic rainbows


Easy to Love

the POETS


Their


SPLENDOUR

Falling all over the pages

into

My lap



(Elise Cowen, Beat Attitude. Antología de mujeres poetas de la generación beat, Bartleby, 2015. Traducción de Annalisa Marí Pegrum).