¡Verdades
eran paredes y adrede las eras…
Redes
puras cuya oscura pregunta…!
Las raíces son
los cuernos del ciervo. El ciervo es la velocidad del relámpago. El relámpago
es el cristal que se quiebra. El cristal es la memoria en la sangre. La sangre es
un delta de raíces. Las raíces flotan, se conmueven, son hijas y madres. Las
hijas son las madres son las hojas de ese futuro sin turbulencia de momento.
Este momento da un delta de voces. Las voces son sombras y luces. Sombras y
luces de oración. Presentimiento. Igualdad del humano con la piedra, raíz que
se mueve bajo los jueces. Hálitos de bestias
sin borde. ¿Cuándo fue que la sangre, la transportadora de oxígeno, cristalizó
reflejos de violencia? Es evidencia que la hoguera en su delta que se persigue
no permite sino aguzar a quien la escucha. Hasta las puntas distales cada
otoño, el ciervo renueva cornamenta…,
1995
(Reynaldo Jiménez, Esteparia, Amargord, 2012).
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