Llama la atención la escasa relevancia que ha tenido en España Where Cards Fall, uno de los primeros títulos exclusivos de Apple Arcade (la plataforma de videojuegos de Apple, que comenzó en septiembre de 2019), porque realmente se trata de un excelente juego.
Desarrollado por The Game Band y Snowman (creadores del exquisito Alto’s Odyssey y del reciente y muy notable Skate City, también de Apple Arcade), Where Cards Fall es un videojuego de puzles, pero debido a su narratividad y lo sugestiva que resulta su experiencia, se trata de una propuesta introspectiva y profunda, que puede llegar a emocionar además de entretener.
El objetivo es simple: hacer puzles basados en las cartas de naipes, moviendo los mazos, para abrirlos en función de formas y tamaños de edificios o plataformas, permitiendo al protagonista subir a edificios y seguir su camino al siguiente nivel. El hecho de tener que deshacer o armar los mazos de cartas, implica pellizcar la pantalla con dos dedos y arrastrar las barajas por la pantalla del iPhone o el iPad, algo que me ha parecido un acierto, pues asimila como pocos juegos la interactuación entre el jugador y el dispositivo y lo acerca a una experiencia más física de lo normal (no así si se juega con un ordenador).
Como muchos juegos independientes, no hay diálogos, aunque hay algo similar que solo la imaginación del jugador podrá entender. Me explico: una vez que resolvemos el puzle de cada nivel, pasamos a una o dos escenas con bellas cinemáticas donde vemos al protagonista interactuar con otros personajes y en escenarios que no conocemos. A veces hablan y oímos unos fonemas incomprensibles, pero cada jugador podrá hacerse una idea de lo que ocurre. Este es uno de los aspectos más llamativos y a la vez innovadores del juego, aunque no a todo el mundo le gustará. A mí me ha parecido un acierto.
La mezcla de narratividad llena de elipsis con los retos de los puzles supone una propuesta provocadora y potente como pocas, pues cada jugador tendrá que unir las conexiones que pueda haber y seguir armando la historia en su cabeza. A veces vemos en una cinemática al protagonista trabajando de repartidor de pizzas y en el siguiente puzle va vestido de la misma manera. El caso es que hay tantas escenas que es fácil perderse, porque no todas las conexiones son tan evidentes y la narratividad bascula entre la imaginación y la realidad. Quedará siempre la posibilidad de que el jugador/lector termine de construir la historia y unir esas "puertas" que hay en cada escena.
Por otro lado, es uno de los juegos más estilizados de Apple Arcade, con un diseño minimalista y elegante (que por cierto, recuerda un poco al autor de cómics Chris Ware). Personalmente, encuentro que tanto el empleo de colores, como el modelado de los personajes, edificios y objetos, junto a los escenarios, tienen un gran atractivo visual. Es de esos juegos que destilan encanto y que dan ganas de hacerle una captura de pantalla y guardarla para el fondo del móvil o del ordenador.
No obstante, Where Cards Fall es, además, un entretenido y provocador juego de puzles. Hay unos cincuenta escenarios/niveles que van aumentando paulatinamente de dificultad. El hecho de tener que buscar las maneras para hacer llegar al protagonista a su destino es en algunos casos divertido y en otros puede llegar a desesperar, eso dependerá de la destreza de los jugadores, pero lo que está claro es que está todo muy pulido. Además, las mecánicas están bien ejecutadas y ese minimalismo que decíamos le sienta de perlas a la jugabilidad.
Cuenta el creador del juego, Sam Rosenthal, que la idea de Where Cards Fall le vino escuchando la canción de Radiohead “House Of Cards”. La vida está llena de momentos inolvidables, que, sin embargo, pueden derrumbarse como un castillo de naipes. A veces tenemos que construir plataformas para seguir avanzando. Las cartas, juegan un papel metafórico y ese es uno de los grandes aciertos que tiene este bello título. Where Cards Fall nos traslada a experiencias sensoriales y emocionales que no todo el mundo está dispuesto a tener y menos, a encontrar en un videojuego. Al final, además de reflexionar sobre la vida del personaje, también lo hacemos sobre la nuestra propia. El juego tiene poesía y no podemos sino felicitar a los creadores porque se trata de una experiencia única.
(Where Cards Fall, The Game Band, Snowman, 2019. Apple Arcade).
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