Poemas de la isla (1930)
Altas ventanas abiertas
dejaron sombras de luces
disparadas en la arena.
El camino estaba quieto,
muerto del blanco precioso
con doce heridas de invierno.
En las ramas de los pinos
el pensamiento giraba
las brisas de los olivos.
Una vez cerca. El espacio
vacío, libre, perdido
a lo largo de los brazos.
Y qué lejos el momento,
cuatro paredes baratas
imágenes del espejo.
Ni tú, ni yo. Las ventanas
altas, abiertas, desnudas,
suicidas de la madrugada.
(Josefina de la Torre, en Peces en la tierra. Antología de mujeres poetas en torno a la Generación del 27. Edición de Pepa Merlo. Vandalia, 2010).
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