El 5 de abril se cumplió el 20
aniversario de la muerte de Kurt Cobain, y yo tuve la suerte de hacerle un pequeño homenaje colaborando con la revista
Obituario y su (gran) número dedicado
al líder de Nirvana. Este es el poema que surgió para la revista:
In Utero
Me gusta escribir canciones cuando el
amanecer es una manada de lobos.
Me subo a los tejados de las casas de
mis vecinos y me pincho las venas, como un Piscis cuando está débil.
Anoche buceé en el Lago Washington y
vi peces llenos de colores extraños.
Ahora me siento encerrado en una caja
de cerillas, diminuta y fea.
Hoy he sacado las pistolas y he jugado
a la ruleta rusa.
Me quito el drenaje, escupo la rabia
adolescente y me miro en un espejo agrietado.
Odio las meadas territoriales y los
abogados con corbata.
Dicen que escribo canciones provistas
de árida belleza, y que soy frágil y enfermizo.
Pero lo único que quiero es subir al
ático que me espera desde mi infancia y mirar los atardeceres sobre
mis soles.
Y coger mi guitarra y hacer un poco de
ruido, como águilas distorsionadas comiéndose mis entrañas, como
buitres devorando el hígado a Prometeo.
No sé a dónde voy. Tal vez al útero.
Mientras tanto, en la habitación
contigua, permanece un televisor encendido.