Cosas invisibles, enraizadas en el
frío, creciendo
hacia esta luz
disipada
en todo lo que alumbra. Nada
tiene fin. La hora regresa
al comienzo de la hora
en que respiramos: como si
nada fueran. Como si yo
no pudiera ver
nada
que no es lo que es.
En el límite del verano
y su calidez: cielo azul, colina púrpura.
La distancia
que sobrevive.
Una casa hecha de aire, y el flujo
del aire en el aire.
Como estas piedras
que se deshacen sobre la tierra.
Como el sonido de mi voz
en tu boca.
(Paul Auster, Desapariciones.
Pre-Textos, 1996. Traducción de Jordi Doce).
Invisible things,
rooted in cold,
and growing toward
this light
that vanishes
into each thing
it illumines. Nothing
ends. The hour
returns to the
beginning
of the hour in which
we breathed: as if
there were nothing. As
if I could see
nothing
that is not what it
is.
At the limit of summer
and its warmth: blue
sky, purple hill.
The distance that
survives.
A house, built of air,
and the flux
of the air in the air.
Like these stones
that crumble back into
earth.
Like the sound of my
voice
in your mouth.
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