miércoles, 28 de febrero de 2018
lunes, 19 de febrero de 2018
Joan Brossa: "Proyectos de poemas"
Imagen extraída de http://catalogo.artium.org |
Proyectos de poemas
1.
Una A pintada
sobre una bola de billar.
2.
Recitar
poemas con unas gafas en la boca.
3.
Con un sello
pegado en los labios meter la cabeza en un saco y contar hasta cien.
4.
Hacer sombras
chinescas con una letra pintada en cada mano.
5.
Ponerse un
brazalete amarillo y fumar un cigarro; ponerse un brazalete rojo y beber un
vaso de agua.
6.
Dibujar en una
pared un paraguas abierto y titularlo Diana; dibujar una flecha clavada en una
diana y titularla Paraguas.
7.
Escribir un
poema sirviéndose de mondadientes para formar letras.
8.
Arrancar una
hoja de un libro de poemas y quemarla, concentrando sobre ella los rayos del
sol con una lupa.
9.
Comenzar la
proyección de una película con luz de día de modo que durante la proyección
transcurra el crepúsculo y se haga noche cerrada.
10. Asomados al balcón recortar las letras de un
soneto una por una.
11. Iniciar en voz alta la lectura de un poema largo
sabiendo que un compañero, desde otra habitación, va a cortar la corriente eléctrica
de un momento a otro.
12. Disparar un cohete, dibujarse un ojo en el ombligo
y destruir una jaula.
1.
Una A pintada
damunt una bola de billar.
2.
Recitar poemes
amb unes ulleres dins la boca.
3.
Amb un segell
enganxat als llavis ficar el cap en un sac i comptar fins a cent.
4.
Fer ombres xineses
amb una lletra pintada a cada mà.
5.
Posar-se un
braçal groc i fumar un cigarret; posar-se un braçal vermell i beure un got d’aigua.
6.
Dibuixar en
una paret un paraigua obert i titular-lo Rodella; dibuixar una fletxa clavada
en una rodella i titular-la Paraigua.
7.
Escriure un
poema servint-se d’escuradents per a formar les lletres.
8.
Arrencar un
full d’un llibre de poemes i cremar-lo, tot concentrant-li al damunt els raigs
del sol amb una lupa.
9.
Començar la
projecció d’una pel×licula amb claror de dia de manera que durant la projecció transcorri el
capvespre i es faci nit fosca.
10. Abocats al balcó retallar les lletres d’un sonet
una per una.
11. Iniciar en veu alta la lectura d’un poema llarg
tot sabent que un company vostre, des d’una altra habitació, tallará el corrent
elèctric un qualsevol momento.
12. Disparar un coet, dibuixar-se un ull al melic i
destruir una gàbia.
(Joan Brossa, La piedra abierta, Galaxia Gutenberg,
2003).
viernes, 9 de febrero de 2018
La vegetariana, de Han Kang
La vegetariana, de Han Kang (Editorial Rata, 2017).
¿Qué ocurriría si una mujer casada, ama de casa, decide un día dejar de comer carne? Podría no pasar nada. O sí. Podría pasar mucho. Porque depende de qué rol tenga esa mujer en la sociedad. Depende de lo que se espera de ella.
En esta novela podríamos entenderlo como: ¿qué ocurriría si en una sociedad violenta (sea Corea del Sur o sea cualquier país occidental) una mujer decide súbitamente hacer frente a esa hostilidad por la vía pasiva, es decir, pacífica?
La vegetariana trata sobre una mujer casada que complace a su marido, le prepara la cena todos los días y abre las piernas cuando él quiere entrar en ella. Es una mujer sumisa; sin embargo, un día decide dejar de comer carne y esto acarrea una serie de situaciones que cambian radicalmente el modo de vida de ella y de su marido y familiares. Porque su marido no entiende por qué su mujer modifica un hábito, un rol, tan repentinamente. Le genera dudas. Le entra miedo. Desconfianza. Y el problema es que nadie, ni siquiera los familiares de Yeonghye, la comprenden ni hacen esfuerzos por comprenderla. De hecho, se sienten ofendidos. Nadie le pregunta por qué ha tomado esa decisión. Es más, se sienten amenazados, tal vez porque esta decisión es un cambio que modifica un rol y cuestiona un código social que hasta ese momento, todos aceptaban. Pero, ¿cuál es el código?
Gran parte del interés del libro radica en su estructura: hay tres puntos de vista, tres narradores. Una protagonista. Sin embargo, y a pesar de las narraciones de los tres personajes (marido, cuñado y hermana), es el lector quien tiene que sacar conclusiones de lo que se narra. No hay muchas novelas que permitan este tipo de lectura.
La vegetariana es una novela sugerente, poética, política. En su interpretación está el mayor atractivo, si bien la lectura es por sí misma jugosa. Como en la narrativa de Kakfa, la sociedad que representa es violenta y acoge cómodamente comportamientos absurdos que perpetúan jerarquías donde los más débiles no tienen ningún atisbo de prosperar, de acercarse a una situación de cierta libertad. Por ello, Yeonghye, la protagonista, parece una zombie que pulula por entre sus familiares sin explicar lo que le ocurre, comportándose de una manera poco habitual, y por ello, provoca (especialmente en los hombres, especialmente en su marido y su padre) auténticas zozobras que les lleva a la desesperación, e incluso, a diferentes formas de violencia.
Para sus familiares, para la sociedad, Yeonghye está desequilibrada. Pero habría que cuestionarse cuánto tiene la sociedad de responsable para que esa persona sea considerada loca. Porque lo diferente puede ser rechazado hasta el punto de ser considerado como desequilibrado; depende de las relaciones de poder, de quién decide quién está loco, como ilustró hace décadas Foucault.
Como toda novela sugerente, puede leerse desde diferentes ángulos y por tanto, el lector podrá interpretar matices distintos, en función de sus percepciones; así, caben lecturas políticas o incluso psicoanalíticas. En todo caso, La vegetariana es una novela que no deja indiferente y que plantea cosas de difícil resolución. Es una novela kafkiana, y como tal, disimula la trama para sugerir otros calados: la indefensión de la mujer en la sociedad coreana, el asombroso machismo que lleva a los hombres a tratar a sus mujeres como objetos, la escasa capacidad de las mujeres para sentirse independientes y expresar sus emociones. Mujeres violadas dentro de sus matrimonios. Sumisas. Anuladas.
Libro valiente, necesario, bien traducido, raro, perturbador y por momentos, poético, publicado por una editorial valiente y necesaria.
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