Los primeros instantes
Mirábamos correr ante nosotros el agua creciente. De
repente borraba la montaña, escapando de sus flancos maternales. No era un
torrente que se ofrecía a su destino sino un animal inefable en cuya palabra y
sustancia nos habíamos convertido. Nos mantenía enamorados sobre el arco
todopoderoso de su imaginación. ¿Qué intervención hubiera podido obligarnos? La
mediocridad cotidiana había huído, la sangre arrojada era devuelta a su calor.
Adoptados por lo abierto, pulidos hasta lo invisible, éramos una victoria que
no terminaría jamás.
Nous regardions couler devant nous l’eau
grandissante. Elle effaçait d’un coup la montagne, se chassant de ses flancs
maternels. Ce n’était pas un torrent qui s’offrait à son destin mais une bête
ineffable dont nous devenions la parole et la substance. Elle nous tenait
amoureux sur l’arc tout-puissant de son imagination. Quelle intervention eût pu
nous contraindre? La modicité quotidienne avait fui, le sang jeté était rendu à
sa chaleur. Adoptés par l’ouvert, poncés jusqu’à l’invisible, nous étions une
victoire qui ne prendrait jamais fin.
(René Char, Común presencia, Alianza, Traducción de Alicia
Bleiberg Muñiz).
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