Docuserie basada en los diarios de Andy Warhol que narra experiencias de su vida privada, centrándose mayormente en sus relaciones sentimentales. Llama la atención el hecho de que la voz de Warhol está creada por Inteligencia Artificial, para recrear fragmentos de su diario. Por otro lado, la serie profundiza en alguna de sus relaciones personales, además de profesionales, sobre todo en su trabajo junto al artista Jean-Michel Basquiat en los años 80. Asimismo, los episodios conforman un mosaico rico del Nueva York de los años 70 y 80, por lo que supone un testimonio de una época muy especial, llena de cambios sociales y culturales. Pero, con mucha diferencia, lo más impresionante no es su vida, sino su obra. El arte de Warhol es multidisciplinar: realizó cine experimental, pintura, murales, música, tv, publicidad, incluso arte digital, revolucionando el panorama del siglo XX, estableciendo nuevas relaciones entre el arte y los medios y convirtiendo el arte en un producto de consumo masivo. A pesar de ello, y de su enorme fama, Warhol se cuestiona a menudo, se pregunta si tiene sentido lo que hace y cuánto valor hay en sus obras, y también se muestra inseguro en sus relaciones personales. Al final, da la sensación de que estaba muy solo, que su imagen no mostraba lo que había tras las distintas máscaras. La serie no aborda toda su vida, pues se basa en las conversaciones que el artista de Pittsburgh mantuvo con Pat Hackett desde que estuvo a punto de morir en 1968 por un disparo, hasta el final de su vida, en 1987. Por tanto, se echa en falta la época de la Factory, su relación con The Velvet Underground o Nico, así como su fascinante época cinematográfica, pero en todo caso, hay suficiente material como para admirar a este artista singular y comprobar que su legado se mantiene muy activo durante el siglo XXI.
(Los diarios de Andy Warhol, dirigida por Andrew Rossi y producida por Ryan Murphy. Serie documental, EEUU, 2022. Netflix).
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