El detective es quien mira, quien escucha, quien se mueve
por ese embrollo de objetos y sucesos en busca del pensamiento, la idea que lo
une todo y le dé sentido. En efecto, el escritor y el detective son
intercambiables. El lector ve el mundo a través de los ojos del detective.
(Paul Auster, Ciudad de cristal, Anagrama).
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