Aquí tienes una caja,
una caja grande
con una etiqueta que dice
caja.
Ábrela,
y dentro encontrarás una caja,
con una etiqueta que dice
caja dentro de una caja cuya etiqueta dice
caja.
Mira adentro
(de esta caja,
no de la otra)
y encontrarás una caja
con una etiqueta que dice…
y así sucesivamente,
y si sigues así,
encontrarás
tras esfuerzos infinitos
una caja infinitesimal
con una etiqueta
tan diminuta
que lo que dice
se disuelve ante tus ojos.
Es una caja
que sólo existe
en tu imaginación.
Una caja
perfectamente vacía.
(Hans Magnus Enzensberger, El hundimiento del Titanic, traducción de Heberto Padilla).
Hola, Carletes,
ResponderEliminarcreo que eso es la prosa y la poesía, una caja dentro de una caja, una caja grande.
Abrazos, H.
Hola Hyeronymus:
ResponderEliminarme gusta tu visión, es muy original...
Un abrazo y hasta pronto.