A veces, por la noche, el redoble de
los tambores, detrás de la cortina de árboles, remontaba el río y
permanecía ininterrumpido, pero débil, como flotando en el aire, en
lo alto, por encima de nuestra cabezas, hasta el alba. Si aquello
significaba guerra, paz u oración, es algo que no hubiéramos podido
decir.
(…)
No podíamos comprender porque
estábamos demasiado lejos, y no podíamos recordar porque estábamos
viajando en la noche de los primeros tiempos, de aquellos tiempos que
se han ido, dejando apenas una señal y ningún recuerdo.
(Joseph Conrad, El corazón de las
tinieblas. Traducción de Araceli García Rios e Isabel Sánchez Araujo, Alianza Editorial).
Hola, Carletes,
ResponderEliminarAún no he finalizado la lectura del libro, pero el ambiente es penumbroso. Conrad sabía como mostrar una atmósfera depresiva y, sobre todo, misteriosa. Me refiero a El corazón de las tinieblas. En inglés, la gramática es más compleja.
Abrazos, H.
Hola Hyeronymus:
ResponderEliminarel ambiente es penumbroso y la prosa atrapa en la densidad de su selva. Me encantaría poder leer esta novela en inglés, pero de momento no tengo suficiente vocabulario...
Un abrazo!
Pues lo mejor de todo es que el idioma materno de Conrad no era el inglés....No sé por que pero en mi inconsciente siempre he relacionado el viaje de Conrad con El viaje al final de la noche de Céline...En mi cabeza se entremezclan las imágenes de las partes más oscuras de las dos novelas.
ResponderEliminarAnacoreta, tomo nota de tu propuesta, de hecho, no he leído Viaje al final de la noche de Céline, así que ahora tengo más ganas de leerla.
ResponderEliminarUn abrazo.