La pintura
1
Escribir un caballo en una sombra,
esconder una rosa en un armario,
reducir a debidas dimensiones
formas desmesuradas,
poder llevar el sol en una cesta,
tocar con nuestros labios
la carne que trasciende.
Reducir a sistemas materiales
todo lo que del hombre se apodera,
lo que le hace soñar por la mañana
que ha dormido la noche estando muerto,
y le hace desear segundo tacto
para palpar la nada,
segundos ojos para ver lo oscuro,
segundo olfato para oler su aroma,
décima lengua para hablar su lengua.
Esto se realiza,
se hiergue ante nosotros
en telas, tablas, piedras y papeles,
nos muestra los deseos
y el resplandor contrario;
a veces, lo que vemos y tan pronto se olvida.
Lo que nunca creímos
nos dicta su evidencia envuelta en voces,
nos prodiga remedios,
suelta las plagas en veloz desfile,
desciende a nuestras manos
y come el pan que en ellas se nos pudre.
Hablo de la pintura, de la carne
inmortal y de todos los colores:
hablo del rojo que nos da en la frente,
del azul que nos habla,
del negro que nos toca,
del violeta herido, de los verdes,
del incauto amarillo.
Hablo de hablar colores sin descanso.
(Ángel Crespo, Antología
poética, Cátedra).
qué bello!!
ResponderEliminarcuando el lenguaje del poema se hace uno con el lenguaje de la pintura...
gracias por compartir, cariños,
De nada.
EliminarEso es lo interesante, la fusión de lenguajes.
Saludos.