La verdad no es unívoca sino que ha ido cambiando de novela
en novela y está sujeta a enfoques distintos. No obstante, si la verdad no es
única y cambia según la perspectiva y el punto de vista del universo narrativo,
el hombre que se dibuja en el trasfondo de la narración no ha hecho más que
querer ser y dotarse de una identidad propia en el devenir de su vida.
*
La poética de Kristof podría definirse por la técnica de lo
ambiguo y de lo incierto (…). Finalmente el Yo que a lo largo de tres universos
narrativos de líneas convergentes y divergentes se confronta ante el problema
de la identidad (de su aprehensión en el tiempo y en el espacio) así como de su
permanente disolución tiende hacia una unidad (fracturada) en la que las
palabras y las imágenes se subordinan al principio de la mentira y la ilusión.
Un Yo que se lanza al vacío consciente de hacer una elección salvífica
(estética y existencial) que solo la escritura le puede conferir.
(Margarita Alfaro Amieiro, “Escribir en la frontera. Exilio
y escritura en la trilogía de Agota Kristof” en Más allá de la frontera: cinco voces para Europa, Barcelona, Calambur, 2007).
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