Pasolini,
dirigida por Abel Ferrara (Italia, Francia, Bélgica, 2014).
Antes de
nada, conviene aclarar que Pasolini no es un biopic, pues relata las
últimas 48 horas de la vida del poeta, escritor y cineasta italiano, hasta que
fue asesinado en una playa de Ostia, cerca de Roma. En este sentido, se podría
comprar con Last Days, la película dirigida por Gus Van Sant que relata
las últimas horas de Kurt Cobain. Pero solo como curiosidad, porque lo cierto
es que ambas son muy diferentes, y a mí, en todo caso, me resulta mucho más
atractiva la dirigida por el director de Gerry.
He de
reconocer que Pasolini no me ha gustado mucho, por varias razones. Para
empezar, no entiendo que se alternen en versión original el italiano y el inglés
sin ningún tipo de justificación. Pasolini era italiano, y verlo hablar en
inglés con su madre no solo se me hace raro, sino que me saca un poco de la
película. Además, en otras escenas, habla en italiano con algunos personajes.
Entiendo que Willem Dafoe (que interpreta de manera convincente al autor de Who
Is Me / Poeta de las cenizas) es estadounidense, pero en ese caso, se me
ocurren solo dos opciones: o se rueda íntegramente en inglés o se dobla al
italiano, pero la mezcla que realiza Ferrara se convierte en un popurrí
incómodo y nada realista.
Por otro
lado, el filme combina los últimos días de la vida de Pasolini con escenas de
un guión en el que el director de Teorema trabajaba antes de morir. No se puede negar cierta originalidad en la propuesta de Ferrara, que además sirve para homenajear al italiano. Hay algunas escenas, sobre todo hacia el final, que gozan de conmovedora
belleza y desgarro, si bien la mezcla de esas historias no acaba de encajar.
Aun así, la película tiene momentos sugerentes, como el símil entre la historia de
Nunzio y Epifanio buscando la estrella que anuncia la llegada del Mesías y la
presencia del propio Pier Paolo Pasolini como un mesías de Occidente,
advirtiendo de sus inevitables venenos. "Estamos todos en peligro" recuerda el poeta.
Tampoco
se puede negar que Ferrara parece haberse documentado, pues muchas escenas del
filme necesitan la complicidad del espectador conocedor de Pasolini para
comprender las elipsis y los datos no explicitados.
En todo
caso, y a pesar de sus aciertos y desaciertos, el filme merece la pena por
cuanto incita a la reflexión. De hecho, los fragmentos de las notas y
entrevistas de Pier Paolo son para enmarcar, pues sus palabras siguen teniendo
plena vigencia en 2015, lo que nos hace pensar hasta qué punto Occidente está
inmerso en su propio Infierno. Pasolini las comenta en un contexto político y social,
aunque creo que Ferrara ha sabido ampliarlas al contexto de la propia historia de Pasolini, lo que supone un gran acierto. Destaco dos de las frases del italiano: 1) “Somos inocentes y a la vez somos culpables”. 2) “Poseer
y destruir”.
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