miércoles, 24 de marzo de 2010

El atentado, de Yasmina Khadra


La lectura de la novela El atentado, de Yasmina Khadra, supone una experiencia dura, pero también necesaria. Dura porque la realidad que relata no es ni mucho menos cómoda, todo lo contrario, pero por eso mismo es necesaria. Porque es importante saber cómo ocurren algunas cosas en nuestro mundo, a pesar de las noticias de los telediarios y los periódicos, y ahí las novelas pueden mostrar de manera más certera esa realidad, a veces ajena o increíble. El Atentado es de esas novelas que ahondan en los detalles del ser humano para dejar en evidencia su fragilidad, pero también su necedad.

Enmarcado en la problemática entre Palestina e Israel, el protagonista recorrerá algunas ciudades del Medio Oriente en un itinerario fustigado por la guerra y el odio, así como se verá inmerso en una experiencia un tanto kafkiana donde parecerá que todo lo vivido hasta ahora se tratase de un largo sueño. Es lo que le ocurre a Amín Jafaari, un cirujano palestino nacionalizado israelí que vivirá un vuelco inesperado a partir de un atentado en el que todo indica que su mujer ha sido la kamikaze que lo ha provocado. ¿Es la realidad una pesadilla o la pesadilla fue soñar la realidad? Las cosas no son lo que parecen, y la realidad puede escapársele a uno en un abrir y cerrar de ojos. La incomunicación, el amor, la soledad, la muerte, serán algunos de sus temas.

Hay que tener mucha pericia para contar una historia de índole política y no caer en dogmatismos. Khadra atraviesa las fronteras para mostrar el infierno. Decía Edward W. Said que “el orientalismo es una elaboración de una distinción geográfica básica y también una serie completa de 'intereses'”. Por ello, esta obra debería ser leída por los occidentales.

Hoy día se sabe que Yasmina Khadra es un autor argelino que decidió esconderse tras este bello nombre para poder expresarse con total libertad. No diré aquí su verdadero nombre (aunque en cualquier artículo de Internet lo podréis comprobar) por una razón. Porque él (o ella) sigue firmando bajo este nombre (o pseudónimo). En todo caso, lo que nos importa, creo, es su literatura. No he leído más libros de Khadra, pero de momento, este puede ser un buen libro para leer a uno de los autores árabes más leídos y reconocidos de la actualidad. Aunque a veces llamarse Yasmina Khadra es mejor que llamarse Mohammed Moulessehoul (vaya, ya he dicho su verdadero nombre), y escribir en francés es mejor que en árabe, y exiliarse a Francia mejor que continuar viviendo en Argelia, a pesar de llamarse uno Mohammed Moulessehoul, ser argelino y tener como lengua materna el árabe.

lunes, 15 de marzo de 2010

Klavdij Sluban




Buscando fotografías por internet, me he encontrado con este fotógrafo: Klavdij Sluban, francés de origen esloveno. No lo conocía, pero estas fotografías me parecen tremendas; la profundidad de los negros, la creación del espacio... He leído que tiene alusiones literarias en sus fotografías como Beckett o Milton.

Algunas de sus poéticas fotografías pueden verse en su web (muy recomendable): http://www.sluban.com

viernes, 12 de marzo de 2010

Miguel Delibes o la literatura


Miguel Delibes nos deja, no así su literatura. Sus novelas, son, han sido y serán parte de la mejor literatura española del siglo XX. Sin embargo, los medios de comunicación, más concretamente la televisión, parece alterar la importancia de su palabra precisa, rural, castellana, hermosa y en peligro de extinción. ¿Por qué se empeñan los canales de televisión española en hablar de Delibes por medio de las películas basadas en sus novelas? Que sí, que Los santos inocentes, Las ratas, etc, son películas muy buenas, pero son películas basadas en novelas. De quien habla la noticia no es de la muerte de un guionista, sino de un narrador, y parece que al referirse a las películas (que son adaptaciones de sus libros, pero no son sus libros) estamos soslayando la importante obra de Delibes. Si ponen una escena de unos diez segundos con Paco Rabal o con Alfredo Landa, ¿por qué no hacen lo mismo con una voz en off que narre esa escena proveniente de las páginas del libro que escribió el escritor vallisoletano? No parece que los medios de comunicación sean sensibles a este problema, pero este es un ejemplo a seguir entre los más jóvenes (yo lo veo con mis alumnos todo el tiempo, y eso que son universitarios). Se trata de, en vez de leer una novela o una obra literaria, acudir a la versión (muchas veces edulcorada) cinematográfica. ¿Por qué la mayoría de las veces, en los colegios y centros de enseñanza y la gente en general dice: “No he leído Los santos inocentes pero he visto la película” o “No he leído tal libro, pero la película es buenísima”? ¿Cuándo se enterará la gente de que el cine y la literatura son dos manifestaciones artísticas muy diferentes y por tanto, contienen lenguajes distintos? Tal vez la culpa la tengan las portadas de libros que son modificadas en ediciones posteriores por fotogramas o carteles de las películas basadas en esas novelas. O tal vez sea responsabilidad de la escasez de ideas de los guionistas y productores y el exagerado número de adaptaciones cinematográficas de obras literarias que apenas aportan nada diferente de la obra original, y lo que es peor, apenas suponen un solo hallazgo cinematográfico porque acaso se limitan a poner una cámara donde antes había palabras.

Yo lo tengo claro. Seguiré leyendo a Delibes por encima de las películas –por muy buenas que sean- basadas en su obra, y seguiré apostando por la literatura para hablar de literatura.

Más poesía chicana

RAFAEL JESÚS GONZÁLEZ


SUR EL PASO [1]

Las mejillas del alba

están arañadas—

los pavimentos

vomitan basura.

¡Llora, hijo, llora!

Las lunas son navajas de acero,

los soles son lluvias de orines

y hay muecas de tortuga

que celebran gritos

con voz de clarines.

La mata verde-seco

y el cactus redondo

dan sueños que sangran

por humos y zumos

con sabor a hiel.

¡Coge tu guitarra,

cuelga tu melena

pavorosa y negra

sobre el mirasol!

Que aquí no hay obsidiana

y la lengua castiza

está jorobada

y están las razones

en el claro alcohol.

[1] El barrio chicano de El Paso se localiza al sur de la ciudad.


TINO VILLANUEVA


ESCAPE

A mi abuelo, Mauricio “Güicho” Ríos,

Lampasos, Nuevo León, México (1882)

San Marcos, Texas (1963).

su invisible cuerda.

el tiempo: de sol a sol mi abuelo

lo ignoraba.

sin atrasarse metía sus dedos ágiles

entre

los tictacs desmayados,

cada tornillito tenía su lugar.


oscilación. movimiento. precisión.


isócronos muelles

al compás de sus muñecas;

con perfección redonda echaba a andar

las manecillas.

la lupa sobre un ojo— magnificación

de un segundo; el escape a cuestas,

el cristal por donde se filtraban

más claro los tictacs.

puntualmente: —¿qué hora es?— me preguntaba.


hasta que un día en punto

(en cosa de un instante)

desgastadas se quedaron

sus muñecas

visibles.


Fuente original: http://www.materialdelectura.unam.mx/images/stories/pdf5/poesia-chicana-41.pdf

lunes, 8 de marzo de 2010

Entrevista a Ednodio Quintero en Deriva.org

Recientemente he tenido la oportunidad de entrevistar al escritor venezolano Ednodio Quintero, autor del gran libro de relatos Combates para la revista www.deriva.org. Creo que es interesante porque desvela varias cuestiones acerca de su obra narrativa o su visión de la literatura hispánica, además de comentar algunas de sus influencias.

Podéis leer la entrevista pinchando en el siguiente enlace: http://www.deriva.org/entrevistas/entrevistas.php?ID=82