jueves, 26 de marzo de 2020

Club de lectura virtual de novelas distópicas


Con motivo del confinamiento por el coronavirus, realizaré un "club de lectura virtual" por Facebok Live sobre "novelas distópicas". Puede ser una manera diferente de pasar el rato, y además reflexionaremos sobre futuros posibles. Las sesiones se harán en directo con una frecuencia semanal o cada diez días, dependiendo del libro.
La distopía o antiutopía es un subgénero de la ciencia ficción que representa una sociedad deshumanizada o alienada, advirtiéndonos de los totalitarismos, distintos tipos de control, desastres ambientales, manipulación genética o tecnológica. En muchas ocasiones podemos apreciar una alegoría del mundo actual. Algunas de las distopías más conocidas son 1984 de George Orwell, Un mundo feliz de Aldous Huxley, cómics como V de Vendetta de Alan Moore y David Lloyd, películas como Blade Runner (basada en ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? de Philip K. Dick) o series como Black Mirror o El cuento de la criada (basada en la novela homónima de Margaret Atwood).

Durante las distintas sesiones, leeremos novelas clásicas del género, pero también algunas menos conocidas e incluso recientes.

1ª sesión: Fahrenheit 451 de Ray Bradbury (jueves 2/04 de 19h a 20h) en la página de Facebook (LiteraturaLab) #YoMeQuedoEnCasa

sábado, 21 de marzo de 2020

Dickinson: las reglas están para romperlas


¿Una serie basada en la gran poeta norteamericana Emily Dickinson con música trap en la banda sonora?

Dickinson se centra en la joven Emily Dickinson (1830-1866), quien apenas pudo publicar textos en vida y sin embargo, acabó convirtiéndose en una de las poetas estadounidenses más importantes de la modernidad. Pero la sociedad que le tocó vivir no le permitía ser ella misma, al no estar bien visto que una mujer escribiera poesía. Fue su hermana Lavinia quien encontró sus manuscritos y posteriormente serían publicados póstumamente.

Emily vive junto a su familia en Amhrest, Massachussets, en un entorno hostil para las mujeres, debido a las costumbres conservadoras de la época y al trasfondo de la Guerra de Secesión. Su madre es una "excelente ama de casa" y su propósito es que su hija Emily siga sus pasos.

Pero Emily es diferente a las mujeres de su época.

Emily no quiere casarse.

Emily no quiere aceptar las reglas.

Emily quiere ser poeta.

Dickinson tiene un ritmo fluido, con un montaje más propio de videoclip que de una película de época (el estilo recuerda a Marie Antoinette, de Sofia Coppola). Hay anacronismos como ver a La Muerte con tatuajes, piercings y atuendo rapero o la manera de hablar de los personajes, más propia de millenials que de jóvenes pertenecientes al entorno puritano de clase alta de Nueva Inglaterra de mediados del siglo XIX. 

Pero lejos de ser una serie realista, Dickinson, es exquisitamente libre, gracias a su intención paródica y al humor. En este apartado, destacan algunas sorpresas, como las apariciones de David Henry Thoreau o Louisa May Alcott, que harán reír a más de uno.

Más allá de las críticas facilonas y evidentes, Dickinson es una serie divertida y fresca, que refleja desde una mirada actualizada  las cuitas de una de las poetas más importantes que ha dado la literatura estadounidense.

Al final, se trata reflejar los fantasmas de Emily, de sus deseos de escribir y ser reconocida, de las problemáticas que hay en sus relaciones sentimentales, especialmente con su amante Sue y con su padre, pero también con, Benjamin, su madre y sus hermanos.

Yo estoy esperando con ganas la segunda temporada.


Dickinson, serie creada por Alena Smith, Apple TV, 2019. 1 Temporada.

martes, 10 de marzo de 2020

Emily Dickinson: dos poemas


135

El agua se aprende por la sed;
la tierra, por los océanos atravesados;
el éxtasis, por la agonía.
La paz se revela por las batallas;
el amor, por el recuerdo de los que se fueron;
los pájaros, por la nieve.

Water, is taught by thirst.
Land—by the Oceans passed.
Transport—by throe—
Peace—by its battles told—
Love, by Memorial Mould—
Birds, by the snow.


*

520

Salí temprano.
Cogí a mi perro y visité el mar.
Las sirenas de las profundidades
salieron para verme,
y las fragatas, en la superficie,
me arrojaron sus manos de cáñamo, 
creyendo que yo era un ratón
en las arenas, atrapado.
Pero nadie me sacó.
Y la marea me cubrió los zapatos,
y el delantal, y el cinturón,
y me cubrió el corpiño también.
Y parecía que me iba a tragar, 
como si fuera yo una gota de rocío
en la hoja de un diente de león.
Y entonces, yo también me volví.
El mar me seguía de cerca.
Sentía sus ondas de plata
en mi tobillo; después, 
mis zapatos rebosaron perlas.
Hasta que llegamos a la ciudad segura.
Él parecía no conocer a nadie allí,
y, saludándome, con una mirada poderosa,
el mar de retiró.

I started Early – Took my Dog –
And visited the Sea –
The Mermaids in the Basement
Came out to look at me –
And Frigates – in the Upper Floor
Extended Hempen Hands –
Presuming Me to be a Mouse –
Aground – opon the Sands –
But no Man moved Me – till the Tide
Went past my simple Shoe –
And past my Apron – and my Belt
And past my Boddice – too –
And made as He would eat me up –
As wholly as a Dew
Opon a Dandelion’s Sleeve –
And then – I started – too –
And He – He followed – close behind –
I felt His Silver Heel
Opon my Ancle – Then My Shoes
Would overflow with Pearl –
Until We met the Solid Town –
No One He seemed to know –
And bowing – with a Mighty look –
At me – The Sea withdrew –



(Emily Dickinson, El viento comenzó a mecer la hierba, Nórdica Libros, 2014. Traducción de Enrique Goicolea).