lunes, 20 de enero de 2020

Luis Cernuda: "La casa"


Desde siempre tuviste el deseo de la casa, tu casa, envolviéndote para el ocio y la tarea en una atmósfera amiga. Mas primero no supiste (porque eso lo aprenderías luego, a fuerza de vivir entre extraños) que tras de tu deseo, mezclado con él, estaba otro: el de un refugio con la amistad de las cosas. Afuera aguardaría lo demás, pero adentro estarías tú y lo tuyo.

Un día, cuando ya habías comenzado a rodar por el mundo, soñando tu casa, pero sin ella, un acontecer inesperado te deparó al fin la ocasión de tenerla. Y la fuiste levantando en torno de ti, sencilla, clara, propicia: la mesa, el diván, los libros, la lámpara atmósfera— que llenaban con su olor algunas flores de temporada.

Pero era demasiado ligera, y tu vida demasiado azarosa, para durar mucho. Un día, otro día, desapareció tan inesperada como vino. Y seguiste rodando por tantas tierras, alguna que ni hubieras querido conocer. Cuántos proyectos de casa has tenido después, casi realizados en otra ocasión para de nuevo perderlos más tarde.

Sólo cuatro paredes, espacio reducido como la cabina de un barco, pero tuyo y con lo tuyo, aún a sabiendas de que su abrigo pudiera resultar transitorio; ligera, silenciosa, sola, sin la presencia y el ruido ofensivos de esos extraños con los que tantas veces ha sido tu castigo compartir la vivienda y la vida; alta, con sus ventanas abiertas al cielo y a las nubes, sobre las copas de unos árboles.

Pero es un sueño al que ya por imposible renuncias, aunque sea realidad de todos a la que no puedes aspirar. Resistir es demasiado pobre y cambiante —te dices, escribiendo estas líneas de pie, porque ni una mesa tienes; tus libros (los que has salvado) por cualquier rincón, igual que tus papeles. Después de todo, el tiempo que te queda es poco, y quién sabe si no vale más vivir así, desnudo de toda posesión, dispuesto siempre para la partida.


(Luis Cernuda, Ocnos, 1942).

miércoles, 8 de enero de 2020

Videjuegos: los dos lados de la pantalla


La exposición “Videojuegos: los dos lados de la pantalla” es una muestra de cómo los videojuegos se han erigido en el décimo arte, llegando no solo a influenciar otros lenguajes artísticos, sino también imponiéndose en la industria cultural y de ocio (de hecho, supera en inversión a las industrias de cine y música, juntas). No cabe duda de que actualmente supone un legado cultural importante que cada vez está más presente en nuestras vidas.

La exposición se divide en distintos espacios que homenajean algunas consolas y videojuegos que han sido importantes a lo largo de la historia. Sin ser exhaustiva, sirve de muestra para entender la importancia que tiene esta industria y a la vez resume algunos hechos significativos de las últimas décadas. También invita a reflexionar sobre el impacto que tiene en la sociedad (llegando a afectar al mundo de las emociones, la ciencia, la realidad virtual o incluso el arte). 

Desde el el punto de vista del lenguaje, el videojuego es un medio que aúna literatura, cine, música e ilustración, por lo que su propuesta es rica y suele estar llena de referencias interculturales, aunque también reproduce estereotipos sexistas o de raza, algo que la exposición ilustra con pequeñas muestras. 


Todavía hay mucha gente con prejuicios que piensa que los videojuegos son cosas de adolescentes, pero cualquiera que haya experimentado algunas de las propuestas más recientes, como Journey, Life is Strange, Red Dead Redemption, Hellblade Senua’s Sacrifice, Detroit Become Human o GRIS -por señalar algunos muy diferentes-, sabrá que esa capacidad para generar emociones, disfrute visual, así como experimentación a nivel narrativo, es propia del décimo arte. Por no hablar de la interacción y la oportunidad de tomar decisiones que pueden modificar las historias. 

(Espacio Fundación Telefónica, Madrid. Hasta el 12 de enero de 2020. Más información aquí).