martes, 21 de febrero de 2017

Miguel Hernández y René Magritte: los amantes


El amor ascendía entre nosotros
como la luna entre las dos palmeras
que nunca se abrazaron.

El íntimo rumor de los dos cuerpos
hacia el arrullo un oleaje trajo,
pero la ronca voz fue atenazada,
fueron pétreos los labios.

El ansia de ceñir movió la carne,
esclareció los huesos inflamados,
pero los brazos al querer tenderse
murieron en los brazos.

Pasó el amor, la luna, entre nosotros
y devoró los cuerpos solitarios.
y somos dos fantasmas que se buscan
y se encuentran lejanos.


(“El amor ascendía entre nosotros”, Cancionero y romancero de ausencias, en El hombre y su poesía, Cátedra, 1992).

lunes, 13 de febrero de 2017

The Affair: la narración múltiple



Cuatro personajes. Una historia. Cuatro narradores.

Narrar una historia puede hacerse de distintas maneras, pero ¿cómo narrar una historia con fragmentos de distintos puntos de vista

Una historia contada desde distintos puntos de vista no es una sola historia, sino un conglomerado de maneras de sentir y vivir cada historia. La realidad es poliédrica  y no hay una sola manera de contarla.

Cuando uno narra, miente. Se miente. 

La narración múltiple no es otra cosa que la suma de subjetividades. ¿Dónde está la verdad?

Uno puede pensar que su vida tiene un sentido, como si hubiera un guión escrito que ya conociera. Pero entonces, el extrañamiento, la insatisfacción, el miedo, se mezclan y crean un embrollo que acaba por apoderarse de esas vidas. Como si el destino marcado por los dioses viniera a decirnos que por mucho que nos esforcemos, siempre nos vamos a equivocar, y además, nos sentiremos culpables, porque somos frágiles, porque no sabemos hacerlo mejor. De eso, entre otras cosas, habla The Affair. Y de qué es narrar. 

(The Affair, 3 temporadas. Creada por Sarah Treem y Hagai Levi, Showtime). 

lunes, 6 de febrero de 2017

Agota Kristof: narración y verdad



La verdad no es unívoca sino que ha ido cambiando de novela en novela y está sujeta a enfoques distintos. No obstante, si la verdad no es única y cambia según la perspectiva y el punto de vista del universo narrativo, el hombre que se dibuja en el trasfondo de la narración no ha hecho más que querer ser y dotarse de una identidad propia en el devenir de su vida.

*

La poética de Kristof podría definirse por la técnica de lo ambiguo y de lo incierto (…). Finalmente el Yo que a lo largo de tres universos narrativos de líneas convergentes y divergentes se confronta ante el problema de la identidad (de su aprehensión en el tiempo y en el espacio) así como de su permanente disolución tiende hacia una unidad (fracturada) en la que las palabras y las imágenes se subordinan al principio de la mentira y la ilusión. Un Yo que se lanza al vacío consciente de hacer una elección salvífica (estética y existencial) que solo la escritura le puede conferir.


(Margarita Alfaro Amieiro, “Escribir en la frontera. Exilio y escritura en la trilogía de Agota Kristof” en Más allá de la frontera: cinco voces para Europa, Barcelona, Calambur, 2007).