martes, 9 de noviembre de 2010

Houellebecq y sus ciclotimias


Hoy he leído una entrevista en El País a Michel Houellebecq (aquí) y me he quedado perplejo cuando ha reconocido que apenas conoce literatura española. Excepto Pérez Reverte y Vázquez Montalbán.

He de decir que soy un lector de Houellebecq, de toda su obra; considero Las partículas elementales y sobre todo La posibilidad de una isla dos novelas indispensables de la literatura de los últimos años. Sé que es un escritor provocador y contradictorio, que se ha metido en varios líos porque tiene una lengua larga y viperina. “Como muchos franceses, conozco a Borges y la cosa se queda más o menos ahí”, afirma el francés. Si esto es cierto, Houellebecq se jacta de no haber leído a Onetti, Rulfo, Cortázar, García Márquez, etc, lo que me parece difícil de creer. Puedo entender que a un francés de mediados de siglo XX no le preocupara no haber leído a Martín Santos o Ignacio Aldecoa, incluso a Miguel Delibes, pero dudo mucho que un escritor francés actual no conozca a Roberto Bolaño, Enrique Vila-Matas, Ricardo Piglia, Fogwill o Sergio Pitol (incluso me atrevería a citar a otros escritores más jóvenes como Ray Loriga, Manuel Vilas o Fernández Mallo). Porque conozco algo el mercado francés y estos escritores están no solo traducidos y perfectamente publicados en Francia, sino muy bien considerados tanto por la crítica especializada (Le Magazine Littéraire, Le Matricule des Anges, Les Inrockuptibles) como por el público. De hecho, varias veces he leído artículos sobre el interés del mercado francés en la literatura hispánica actual, cada vez más presente en su prensa cultural. Si uno se dirige al FNAC de cualquier ciudad francesa observará que hay una sección dedicada a la literatura española e hispanoamericana contemporáneas. O sea, que el señor Houellebecq se ha tirado un farol. O a lo mejor no. Pero entonces, ¿por qué el autor de Plataforma esgrime una serie de justificaciones banales acerca de los prejuicios de una cultura imperialista que mira de reojo –o incluso no mira- a sus coetáneos más sometidos? ¿No podría tratarse de otra de sus despiadadas y a veces absurdas provocaciones? En algún momento de la entrevista, habla de ciclotimias (“Estado mental caracterizado por alternativas de exaltación”, según el María Moliner y “psicosis maníaco-depresiva”, según el DRAE). ¿Será una boutade? ¿O es que Houellebecq menosprecia la cultura hispánica? Para escribir hace falta tener altibajos, momentos de sobreestimación de uno”, arguye el autor de Extensión del campo de batalla. ¿No se tratará, en cambio, de otro escritor bourgeois que se cree el ombligo del mundo? ¿Podrá ser cierto que el señor Houellebecq no conozca más que la cultura institucional y dominante ("soy de cultura francesa, un poco más anglosajón, como todos, aunque conozco más literatura alemana y rusa que el autor promedio francés)" y sea un incompetente en literaturas periféricas y emergentes? Yo, a pesar de sus declaraciones contumaces y chauvinistas, y de su cultura imperialista, seguiré leyéndolo a través de sus novelas, porque me parece un escritor necesario, contradictorio, irreverente (como Borges, ese escritor que sí conoce "como muchos franceses"). Por cierto, Michel Houellebecq acaba de publicar la novela La Carte et le Territoire. En cuanto tenga tiempo, acudiré a la librería a por ella sin dudarlo.

3 comentarios:

  1. Michel Houellebecq, vaya personaje! Puede ser verdad lo que dice, pero no me extrañaría que fuera todo una provocación...

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  2. hum!! a mí no me extrañaría que fuera cierto..en cualquier caso también habría que preguntar a escritores españoles si conocen la literatura francesa contemporanea..Los más probable es que la respuesta sea muy similar...o peor aun, que dijeran que sí que los conocen y los leen, siendo mentira (algo muy español, por cierto)..
    Por supuesto, excluyo a Sánchez-Dragó.Él lo ha leído todo.

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  3. Andrés, tú hablas de que muchos escritores mienten sobre las lecturas, ese "dárselas" de lo que no se es... y puede ser, las apariencias, etc. Pero en ese caso, al menos el señor Houellebecq sería sincero... Por lo que volvemos a la idea del complejo español frente al chauvinismo francés (como los chistes de "un francés, un inglés y un español...". Por otra parte, tal vez lo que ocurre es que muchos escritores conocen poco otras literaturas contemporáneas... Pero de todas formas, Cortázar, García Márquez, etc, son demasiado importantes como para no conocerlos. Y sí, Sánchez-Dragó seguro que conoce a todos (¿sería la excepción?).

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