viernes, 14 de septiembre de 2012

Reynaldo Jiménez: un poema






¡Verdades eran paredes y adrede las eras…
Redes puras cuya oscura pregunta…!

Las raíces son los cuernos del ciervo. El ciervo es la velocidad del relámpago. El relámpago es el cristal que se quiebra. El cristal es la memoria en la sangre. La sangre es un delta de raíces. Las raíces flotan, se conmueven, son hijas y madres. Las hijas son las madres son las hojas de ese futuro sin turbulencia de momento. Este momento da un delta de voces. Las voces son sombras y luces. Sombras y luces de oración. Presentimiento. Igualdad del humano con la piedra, raíz que se mueve bajo los jueces. Hálitos de bestias sin borde. ¿Cuándo fue que la sangre, la transportadora de oxígeno, cristalizó reflejos de violencia? Es evidencia que la hoguera en su delta que se persigue no permite sino aguzar a quien la escucha. Hasta las puntas distales cada otoño, el ciervo renueva cornamenta…,

1995


(Reynaldo Jiménez, Esteparia, Amargord, 2012).

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