miércoles, 24 de enero de 2018

Nicanor Parra (1914-2018)


Hace apenas un día moría a la edad de 103 años el poeta chileno Nicanor Parra, autor conocido sobre todo por sus “antipoemas”. Poco se puede añadir a lo que ya ha dicho la crítica sobre él, pero creo que el mayor interés de su obra poética radica es la desacralización del lenguaje, la ironía y la mirada punzante de la realidad. Parra logra dibujar una sonrisa en el lector a la vez que lo provoca para que observe directamente la realidad que habita y lo enfrenta a la incomodidad de tener que reconocer lo que muchas veces no quiere: un mundo donde el caos y la injusticia predominan sobre todas las cosas.

Dejo aquí un par de antipoemas:

Hay dos panes.
Usted se come dos.
Yo ninguno.
Consumo promedio:
un pan por persona

*

Advertencias al lector

El autor no responde de las molestias que puedan
    ocasionar sus escritos :
Aunque le pese
El lector tendrá que darse siempre por satisfecho
Sabelius, que además de Teólogo fue un humanista consumado,
Después de haber reducido a polvo el dogma de
              la Santísima Trinidad
¿Respondió acaso por su herejía?
Y si llegó a responder, ¡cómo lo hizo!
¡En que forma descabellada!
¡Basándose en qué cúmulo de contradicciones!
Según los doctores de la ley este libro no debiera publicarse:
La palabra arco-iris no aparece en él en ninguna parte,
Menos aún la palabra dolor,
La palabra tormento.
Sillas y mesas sí que figuran a granel,
¡Ataúdes!, ¡útiles de escritorio!
Lo que me llena de orgullo
Porque, a mi modo de ver, el cielo se está cayendo a pedazos.
Los mortales que hayan leído el Tractatus de Wittgenstein
Pueden darse con una piedra en el pecho
Porque es una obra difícil de conseguir:
Pero el Círculo de Viena se disolvió hace tres años,
Sus miembros se dispersaron sin dejar huellas
Y yo he decidido declarar la guerra a las Cavalieri della luna.
Mi poesía puede perfectamente no conducir a ninguna parte:
"Las risas de este libro son falsas", argumentarán mis detractores
"Sus lágrimas, ¡artificiales!"
"En vez de suspirar, en estas páginas se bosteza"
"Se patalea como un niño de pecho"
"El autor se da a entender con estornudos"
Conforme: os invito a quemar vuestras naves,
como los fenicios pretendo fabricarme mi propio alfabeto
"¿A qué molestar al público entonces?", se preguntarán los amigos lectores:
"Si el propio autor empieza a desprestigiar sus escritos,
¡Qué podrá esperarse de ellos!".
Cuidado, yo no desprestigio nada
O, mejor dicho, yo exalto mi punto de vista,
Me vanaglorio de mis limitaciones
Pongo por las nubes mis creaciones.
Los pájaros de Aristófanes
Enterraban en sus propias cabezas
Los cadáveres de sus padres.
(Cada pájaro era un verdadero cementerio volante)
A mi modo de ver
Ha llegado la hora de modernizar esta ceremonia
¡Y yo entierro mis plumas en la cabeza de
                               los señores lectores!




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