miércoles, 11 de abril de 2018

Tomas Tranströmer: dos poemas

Imagen extraída de www.elcultural.com

Meditación agitada

Una tormenta hace girar las aspas del molino
que salvajemente, en la oscuridad de la noche, muele la nada.
Las mismas leyes te mantienen despierto.
La panza del tiburón gris es tu débil lámpara.

Recuerdos difusos se hunden en la profundidad del mar
y allí se petrifican junto a extrañas columnas. Verde
de algas está tu muleta. Quien
se va hacia la mar regresa líquido.

*

Cara a cara

El febrero lo vivo estaba inmóvil.
Los pájaros preferían no volar y el alma
roía el paisaje como un barco
roza en el muelle al cual está amarrado.

Los árboles nos daban la espalda.
La altura de la nieve se medía con juncos.
Envejecían las huellas de pasos sobre el hielo.
Se derretía el lenguaje bajo un toldo.

Algo llegó hasta la ventana un día.
Se detuvo el trabajo, yo levanté la vista.
Los colores ardían. Todo se dio la vuelta.
El mundo y yo dimos un salto el uno hacia el otro.

(Tomas Tranströmer, El cielo a medio hacer, Nórdica Libros, 2010. Traducción de Roberto Mascaró).


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