domingo, 15 de julio de 2018

Gus Van Sant: el cineasta de las mil caras


Exposición Gus Van Sant, La Casa Encendida, Madrid (Hasta el 26 de septiembre).

Con motivo de la exposición sobre el cineasta estadounidense que se celebra en La Casa Encendida de Madrid, también se pudieron ver algunas de sus películas en el cine Doré de la Filmoteca Española, a la vez que se estrena en las salas de cine su última película Don’t Worry, He won’t Get Far on Foot. La exposición Gus Van Sant, sin ser muy ambiciosa, recoge una gran muestra de sus fotografías polaroids (unas 400), pinturas, collages, storyboards o montajes de algunas de sus películas, así como cortometrajes.

Destacan los homenajes a artistas y escritores que le han influenciado de una manera notable, como William S. Burroughs, Bruce Weber, Ken Kesey o la Beat Generation. De manera que la exposición intenta sumergirse en el mundo de Van Sant, más que ofrecer una retrospectiva de su filmografía. También pueden verse algunos cortometrajes, como A Thanksgiving Prayer, con William S. Burroughs dando gracias por las calamidades de su país, Estados Unidos, como la masacre de bisontes o las matanzas a negros por parte de la policía, además de un montaje de algunas de sus películas, como Psicosis. Parte de la exposición se centra en una de sus preocupaciones, la temática homesexual (muy presente en sus primeros films) o el Colectivo LGTB. También se aprecia una intención crítica e irónica junto a cierta nostalgia a lo largo de su larga carrera.

Gus Van Sant (1952) es un cineasta atípico y enormemente heterogéneo. Desde sus comienzos en el cine underground (Mala noche, Drugstore Cowboy), su carrera ha ido alternando películas “tradicionales” con Oscar incluido (El indomable Will Hunting, Milk) con “huecos” para experimentar con las narrativas cinematográficas (Gerry, Elephant, Last Days, Paranoid Park) e incluso hasta ha realizado un remake plano por plano de Psicosis, de Alfred Hitchock y recientemente, es uno de los directores de la miniserie When We Rise, sobre el activismo LGTB. Además, ha realizado numerosos videoclips para artistas como Elliot Smith, Red Hot Chili Peppers o David Bowie.

Al menos para mí, lo más fascinante es su cine experimental, ese que invita continuamente a la reflexión, a cuestionarnos qué es narrar y cómo se está narrando lo que estamos viendo. Van Sant discute las reglas del arte cinematográfico y propone miradas que aúnan historia y abstracción. En este sentido, hay un raro equilibrio en sus películas, caso de Gerry (donde los actores Matt Damon y Kasey Affleck son asimismo coautores del film), Elephant o Last Days.




Por cierto, hace unos días, tuve la oportunidad de ver de nuevo Gerry en la Filmoteca madrileña, y hubo cerca de veinte personas que se salieron de la sala durante el visionado de la película. Esto es un indicativo de que la propuesta de Van Sant sigue siendo radical e inversa al 95% de la narrativas que se proponen en la actualidad. El cine de Van Sant busca lentitud narrativa, largos planos secuencias y una aparente inexistente trama que invitan a la reflexión y a apreciar momentos casi imperceptibles en la mayoría de películas. De hecho, este título tiene no pocas conexiones con el absurdo, lo que lo aleja de los contenidos inteligibles y planos y lo sitúa hacia una poética de la sugerencia. Porque la mirada de Gus Van Sant es única y esto es algo que no se puede decir de muchos artistas.

La exposición está producida por la Cinémathèque Française, el Museo Nazionale del Cinema (Turín), el Musée de l’Elysée (Lausanne) y la Cinémathèque suisse. Más información aquí.



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