martes, 12 de enero de 2021

Paul Auster: El libro de las ilusiones



Hablar de un escritor del calibre de Paul Auster necesitaría más espacio, pero centrándonos en su última novela El libro de las ilusiones, hay que decir que ante todo, se lee con regocijo y fluidez, gracias a la elegancia con la que está escrita, y que además tiene la nada desdeñable magia de atrapar al lector a la vez que se le cuenta muchas cosas sin confundirlo, mostrándose ágil en la trama y situaciones y ducho en los sutiles juegos cervantescos. Es decir, se trata de una novela al más puro estilo Auster.

     Partiendo de una idea similar a la de otra importante novela suya, La música del azar, un profesor de literatura pierde a su mujer y sus dos hijos en un accidente de avión. Éste es el arranque para que David Zimmer emprenda su periplo, su particular odisea hacia la salvación o la muerte. A partir de este momento descubrirá a Hector Mann y le cambiará la vida; entre otras cosas se verá envuelto en una atractiva aventura llena de matices y cajas chinas.  

     El libro de las ilusiones alberga varias historias relacionadas, como ventanas pertenecientes a una misma casa. Es una novela de espejos (algo a lo que Auster nos tiene acostumbrados), tanto en los personajes principales (David-Hector, las memorias de Chateaubriand y la vida de David), como con los juegos de los nombres (Tad-Todd, Hector Mann-Herman Loesser) y el azar (que tal vez sólo sea eso, puro azar, pero también puede ser la proyección de las distintas vidas), además de contener otros aspectos típicamente austerianos, como el consiguiente misterio, con apariciones y desapariciones enigmáticas.

     Al mismo tiempo, es un canto a la creación, con ese buñuelesco personaje que es Hector Mann retirado en su rancho de Nuevo México (no son pocos los parangones que tiene con el genial cineasta español), un director-actor de comedias mudas que desaparece misteriosamente del cine y acaba viviendo retirado con su mujer, realizando experimentos cinematográficos con la mayor libertad del mundo. ¿Es en este sentido una crítica al sistema hollywoodense? Podría serlo, pero también es un homenaje a la libertad creativa del propio arte cinematográfico y al arte por el arte.

     También es una novela sobre el amor, o como se dice en una frase del libro: “una metáfora sobre el amor”; el amor como salvación y como redención, con todas sus consecuencias, pero con la esperanza en el amor como motor de vida.

     Y aún hay más, ya que lo que subyace debajo de toda la novela  es una reflexión sobre la vida y la muerte, sobre la fuerza e intensidad de la vida y la inevitabilidad de la muerte y la extinción.


(Reseña publicada originariamente en www.deriva.org en 2003).

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