lunes, 24 de enero de 2022

Luis García Montero: “Las razones del viajero” (un poema)


 

Las razones del viajero

Está solo. Para seguir camino 

se muestra despegado de las cosas. 

No lleva provisiones.

Cuando pasan los días 

y al final de la tarde piensa en lo sucedido, 

tan sólo le conmueve 

ese acierto imprevisto 

del que pudo vivir la propia vida 

en el seguro azar de su conciencia, 

así, naturalmente, sin deudas ni banderas.

Una vez dijo amor. 

Se poblaron sus labios de ceniza.

Dijo también mañana 

con los ojos negados al presente 

y sólo tuvo sombras que apretar en la mano, 

fantasmas como saldo, 

un camino de nubes.

Soledad, libertad, 

dos palabras que suelen apoyarse 

en los hombros heridos del viajero.

De todo se hace cargo, de nada se convence. 

Sus huellas tienen hoy la quemadura 

de los sueños vacíos.

No quiere renunciar. Para seguir camino 

acepta que la vida se refugie 

en una habitación que no es la suya. 

La luz se queda siempre detrás de una ventana. 

Al otro lado de la puerta 

suele escuchar los pasos de la noche.

Sabe que le resulta necesario 

aprender a vivir en otra edad, 

en otro amor, 

en otro tiempo.

Tiempo de habitaciones separadas.


(Luis García Montero, Habitaciones separadas, en Poesía completa (1980-2015), Tusquets, 2015).

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